Una rosa falsa [Willena]

Epílogo. Tercera Parte.

Helena estaba muerta.

Will sollozó y corrió con más fuerza mientras enjugaba sus lágrimas.

No ella. No...

No le importaba a dónde se dirigía ni qué haría cuando saliera el sol. Necesitaba alejarse de la maldita pesadilla que estaba viviendo.

Mientras más se alejara, tanto mejor.

Enjugó sus lágrimas otra vez, pero no lograba dejar de llorar.

Helena... Helena era todo para él. Había sido la razón de su vida. La que lo hacía pensar y cuestionarse a sí mismo, a su propia forma de ser, a su manera de ver el mundo. Lo hacía reír, divertirse y también llorar. Se sentía apoyado junto a ella y amado. Las cosas malas eran menos malas y las buenas eran aún mejores con Helena a su lado. Ella era su otra mitad y la persona que necesitaba para salir adelante.

Se dejó caer bajo un árbol y abrazó sus rodillas. Enterró su rostro en ellas.

-Amor... Mi amor... ¿Cómo haré para vivir sin ti?- Suspiró.-¿Cómo les diré a los niños que mamá no va a volver a casa?

Sollozó aún más fuerte.

-Esto es mi culpa. Debí cuidarte más cuando te tenía, disfrutar de estar contigo... Ni siquiera pude decirte que te amo por última vez... Helena, fuiste el amor de mi vida... Y siempre lo serás...

Will sollozó con más fuerza y se abrazó a sí mismo aún más.

Recordó cada momento que había vivido con ella... La última sonrisa que ella le había dedicado antes de desmayarse y...

-Papá. Papá.

Will despertó de su sueño completamente sudado. Las pesadillas. No habían vuelto desde que salía con Helena...

Lettie estaba de pie junto a la cama, con su gatito de peluche.

-Papá, estoy esperando que mamá venga a darme el beso de buenas noches. No puedo dormir sin él.

Will tragó en seco.

-Tesoro... Te dije que mamá no vendrá a casa esta noche.

-Pero no la veo desde ayer por la noche.-Protestó ella.-Y tío Arthur y tía Ally son muy divertidos pero no son mamá.