Capitulo 31

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 Lo único que podía hacer, después de las fuertes palabras de Nick era llorar y saber que me tenia que ir de ese lugar. Sabía que tarde o temprano él se iba a enterar de todo lo que hice, pero yo no soy una prostituta, nunca lo fui. Corrí a mi habitación, bueno a la habitación que ocupe estos días y fue cuando me maldije a mi misma por perder estos días a lado de Nick, ahora lo único que me quedaba era su sudadera, ese que le regale el día de nuestro aniversario, con la inscripción: "He's mine. Sorry girls" con el olor a él y a su perfume, el perfume que me cautivaba cada mañana que salía del baño. Arranque una hoja de mi agenda y escribí una nota, con todo el dolor de mi corazón y lagrimas corriendo por mi rostro mis dedos temblaban al escribir.

-"Dile a la niña que tengo que trabajar, que vuelvo para la boda de su tío Joe, su vestido y el mío están es su closet.

-Perdóname por nuca contarte mi pasado pero no es lo que crees. Te amo Nick, perdóname por favor. 

  Elizabeth Longoria"

Nunca antes me había dolido tanto escribir mi nombre de soltera, mas cuando sabia que siempre le iba a pertenecer al hombre que ahora esta como loco en nuestra habitación, quisiera correr y abrazarlo, decirle lo mucho que lo amo, pero se que no me escuchara esta muy herido, y eso se como se siente, en estos momentos todo lo que le había echado en cara se fue a la mierda, no era tan fuerte como para dejarlo, pero sabia que tenia que hacerlo, pero sobre todo no iba a ser tan fuerte como para firmar los papeles del divorcio, porque al hacerlo mi corazón se terminaría de romper.

A salir de la casa con solo mi cartera, dejando todas mis tarjetas de crédito y debito sobre mi buro, así como las llaves de mi BMW 420i Gran Coupe que recién me había regalado Nick el día de mi cumpleaños. Sí él pensaba que yo lo único que quería era su dinero estaba totalmente equivocado, no sabia a donde ir, estaba muy próxima la noche y seria un poco fresca tras colocarme la sudadera de mi todavía marido, seque mis lagrimas y me negué a vomitar, Algo me estaba pasando pero no tenia cabeza para pensar en eso.

Baje cuidadosamente las escaleras deje la nota sobre la barra de la cocina y me fui, dejando mi corazón y al amor de mi vida en una sola habitación vague por un rato, no sabia a donde ir, moría de hambre, pero tenia que pensar donde dormiría. Llegue al centro comercial donde meses atrás me había enamorado de un conejo de felpa al cual le puse el nombre de Nicholas, después de mi charla con esa mujer, me fui de ahí y no volví a regresar. Justo en ese momento esa voz que hizo que me inquietara meses atrás sonó en mi mente.

-Señora Elizabeth - me grito la mujer, aquella mujer aun recuerdo su nombre. Clarisse, sí así se llamaba

-Mande- fue lo único que pude pronunciar.

-Señora, es noche busca un taxi para regresar a su casa?- me pregunto de la manera mas inocente posible.

-No, hoy no volveré a casa, y no se que hacer. - le conteste pero ella pareció no poner mucha atención ya que rebuscaba en su bolso, hasta que del mismo salió ese conejo de largas orejas con ese overol de mezclilla que me había enamorado, era Nicholas el conejo de mi bebé de un bebé que quizá ahora nunca existiría.

-Señora usted olvido esto y desde ese día siempre lo traigo conmigo, siempre guarde las esperanzas de volver a verla pero no lo logre hasta ahorita.

-Gra..gracias. es Nicholas el conejo de mi bebé- le dije y me solté a llorar en plena calle. Me sentía tan mal tan débil. Y ella lo noto, porque se acerco a abrazarme. 

-Si no regresa a casa entonces donde dormirá. Es tarde y usted no tiene muy buena pinta. No piense mal de mi, pero no vivo muy lejos de aquí, vivo en los suburbios y donde come una comen dos, le ofrezco mi casa señora Jonas- y cuando dijo eso no me podía sentir mas que peor, una desconocida, la cual no sabia ni mi verdadero nombre me tendía su hogar.

Acepte y fue cierto, ella vivía en los suburbios, de la gran manzana. Era doloroso volver a ver ese lugar, ahí estaba la fabrica donde mi madre nos abandono a mi y a mi hermana, y de ahí estaba muy cerca el departamento que hace 6 meses se había puesto a la venta, ese departamento que compartí con mi amiga después de huir del maldito de Saúl. Justo cuando pasábamos enfrente a la fabrica que me traiga oscuros recuerdos Clarisse comenzó a hablar.

-Se acuerda que yo le dije que perdí a mis hijas- me dijo a lo que yo solo asentí, y ella continuo hablando

- Pues fue en esta fabrica donde las deje antes de irme a buscar algo para trabajar, para poder darles algo de comer cuando regrese ellas ya no estaban, pensé lo peor y desde ese día, no hay noche que no llore por ser tan idiota y no luchar por mis hijas, mi pequeña Tania y mi bebé Sofía me necesitaba tanto. 

-Y ¿Cómo mierda en una noche podías sentirte tan miserable? Me frene en seco y lagrimas eran las que no dejaban de correr por mis mejillas, mis ojos se estaban drenando y era un lago de lagrimas.  Clarisse hablo-

-Esta bien señora?- me pregunto. y su mirada se notaba preocupada. Ya no pude más y hable, no había duda ella, Clarisse es mi madre. 

-¿Por qué nos dejaste? ¿Crees que nunca te necesite? ¿Crees que podía vivir sola? Primero tú y luego Tania fue adoptada, te eh necesitado miles de veces, todos los años de mi vida. Y dime nunca tuviste u maldito instinto maternal, no sabes lo que he pasado. Fui una maldita camarera en un bar, miles de hombres todas las noches recorrían mi cuerpo de manera lasciva, hoy el amor de mi vida al único hombre que eh amado me dijo que era prostituta. ¿Realmente nunca te importe? A mi hermana, tampoco tanto que a la hija que yo crie ella la trajo al mundo, Sí mamá - le dije molesta y entre dientes- Me case con el ex marido de la interesada de mi hermana ¡Porque maldita sea nos dejaste solas! 


-Yo- y ella me miro fijamente, después levanto mi cabello y miro ese lunar en forma extraña que tenia entre la oreja izquierda y el cuello- Sofí mi amor perdóname- y comenzó a llorar intento abrazarme pero me aleje-

-No me pidas perdón, y le llores a una hija que un día abandonaste. ¡Yo no tengo madre! ¡YO SOY UNA MALDITA HUERFANA! ¡NO SOY SOFÍA!- le grite- Soy Elizabeth Jonas- aun utilice mi apellido de casada-

-Yo no te deje, no las deje a ustedes. Yo me fui porque no quería que pasaran todo lo que yo pase. Sofí sabes cuantas veces he llorado tu perdida y la de tu hermana. - contesto y se acerco a mi. Yo sentía que no podía más y entre lagrimas y un coraje enorme. Así como que mi mene daba vueltas agache la cara y vomite. Ella inmediatamente se acerco a mi y cuando levante la mirada me estaba viendo con unos ojos en los cuales se reflejaba el dolor que sentía.

-Mamá- y me tire a sus brazos para llorar, pero mi agarre ante su espalda era muy débil.

-Hija- y después de eso me abrazo y deposito un beso en mi frente.
Instantes después entre a un cuarto quizá de 100 metros cuadrados con una sola cama que tenia una cobija muy gruesa. Al estar ahí no era como sentirme en la casa, no era grande pero se sentía tan cómodo. Clarisse se acerco a mi y puso sus manos en mis mejillas, ahora entiendo porque hacia eso yo cada que estaba preocupada por Lizzy. Y hablo.

-Hija, estas muy rara, no comes- ya que había rechazado su comida- Y estas muy pálida ¿Qué te pasa?

-No lo se, llevo días sintiéndome mal- y corrí de nuevo al baño. Al salir Clarisse no estaba, quizá 10 minutos después regreso con una pequeña cajita y me la entrego era un prueba de embarazado.

-No, no puedo estar embarazada.- le dije espantada-

-Hazla por favor es lo único que puedo hacer, si fui mala madre durante años, ahora hazme caso- 

Entre al baño e hice lo que la pruebita me indicaba. La metí dentro y salí despavorida del baño. Clarisse entro al baño y miro la prueba, se llevo la mano a la boca y comenzó a llorar, corrí por ella y negué.

-No, no ahorita no, ay mi bebé- acaricie mi plano vientre- Perdóname pero no puedo. Tu papi - y no pude mas comencé a llorar ahora sabia que mis vómitos y sentimentalismos era por una razón, el hermoso ser que estaba creciendo dentro de mi. El fruto del amor entre Nicholas y yo.

SE SOLICITA MAMÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora