Capitulo 41

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[Elizabeth]


-Ya, ya por favor Saúl te ruego que no me hagas nada, por dios estoy embarazada-grite totalmente asustada al ver las cuatro paredes de ese pequeño cuarto. Pero tal parece que no le importo y se marcho sin nada más.

Podía describir perfectamente como me sentía justo en ese momento, no tenia fuerzas para gritar y pedir ayuda, sabia que todo se había echado a perder cuando veníamos hasta este lugar, una carretera sumamente abandonada y miles de arboles era lo único que veía. Y ahora solo cuatro paredes un poco manchadas por la humedad de este cuarto, y la cama en la que me encontraba, yo estaba bien dentro de todo el percance pero en mi mente solo estaba el pensamiento de Nick o mi hija siendo lastimados. No podía imaginarlo sin que mi corazón se partiera en mil pedazos ¿Por qué a mí? ¿Por qué si yo no le hacia daño a nadie?

Tenia miedo, no tanto por mi si no por la personita que llevaba en mi interior que estaba a pocos días de llegar a este mundo, si Saúl quería dinero se lo iban a dar se que Nick haría todo lo posible por que yo regresara a su lado, estaba nerviosa y el miedo comenzaba a apoderarse de mi cuerpo cuando escuche una puerta abrirse y el sonido de unos tacones resonar contra el piso de madera vieja.

Guarde silencio esperando reconocer esa voz...



-Dime ¿Dónde tienes a esa perra?-grito una voz muy muy conocida, era mi hermana

-Tranquila, ella esta en ese cuarto, pero por Dios Perla dime que tengo que hacer, ella esta a días de dar a luz y yo no quiero llevar en mi memoria la muerte de ella y el bebé, así que mejor dame el dinero que acordamos y yo me largo de aquí, juro que jamás hablare, nadie sabrá que fuiste tú la que secuestro y mato a su hermana para quedarse con su hijo -contesto un muy nervioso Saúl, pero ahora sabia que era lo que querían de mi y sobre todo quien, y no lo iba a permitir, así que comencé a gritar.

-¡AYUDA! ¡AUXILIO! ¡ALGUIEN QUE UEDA AYUDARME!-fue lo ultimo que grite al escuchar como se abría la puerta



-¡Grita hermanita! grita todo lo que quieras aquí nadie puede oírte, es más grita y lastímate la garganta o haz algo pero cállate y no me hagas ensuciar mis manos con tu maldita sangre, ya sabes lo que quiero, te lo pedí por las buenas y te negaste, ahora recuperare a mi familia y yo cuidare a tu hijo, como tú lo hiciste con la mía.

-¡Tú la vendiste! ¡Tú vendiste a mi hija!- le grite antes de sentir lo fuerte de su palma impactar contra mi mejilla, haciendo que cayera sobre la cama-

-Tú no sabes nada, tú usurpaste mi lugar maldita, yo soy la señora Jonas y lo seré siempre- comento ates de darse media vuelta y salir de la habitación, azotando aquella pequeña puerta a salir- Habla con Nick, dile que tenemos a su esposa y que quiero 20 millones de dólares para mañana a las 2 de la tarde, es eso o su esposa e hijo mueren ¡HAZLO!-ordeno.

[Nick]

Habían pasado tan solo unas horas y toda mi familia estaba en casa, pero faltaba mi mujer, la mas importante. No sabia si estaba bien, no sabia si nuestro bebé estaba bien, solo quería respuestas y matar a la persona que se le ocurrió arrancarla de mi lado, justo ahora que todo marchaba bien, justo ahora que estaba por nacer mi hijo, justo ahora que ella esta triunfando, maldigo a todo aquel que quiera el mal de mi familia, maldigo a esa persona que fue capaz de llevarse a mi mujer.

El cuadro ante mi era desgarrador, todos llorando por Elizabeth y yo pasmado, no quería llorar sabiendo que era la fortaleza de mi hija, pero faltaba solo un abrazo o una palabra para que me derrumbara; por tal razón decidí alejarme de todos, una copa de brandy descansaba en la mesa de centro justo frente al sofá donde estuvo antes de irse, y lo se porque se encontraban sus agujas e hilos con los que se dedicaba a bordar para nuestro pequeño Nicholas, mi mirada estaba fija en el reloj, observando como las manecillas avanzaban traicionando mi cordura, cuando menos lo espere sonó el teléfono, tomo mundo se paralizo y yo corrí por el.


-Residencia de la Familia Jonas- contesté tratando de sonar lo mas natural posible-

-Tenemos a su esposa señor Jonas tienes me... menos de...de 10 horas par..para darnos 20 millones de dólares o su esposa pagara las consecuencias-dijo un tanto nervioso aquel sujeto con voz nerviosa, de fondo se escuchaban gritos y voces pero también el llanto de mi mujer.

-Quiero hablar con ella, quiero escucharla si me deja doy el doble- fue un alivio saber que estaba viva-

Tras unos segundo en silencio escuche una respiración agitada y llanto, era ella.

-nena estas bien ¿mi amor estas bien?-pregunte con la voz quebrada

-mi amor es ella es mi hermana es ella-grito desesperada lo cual me hizo hervir la sangre-

-Cállate maldita-se escucho la voz de Perla y tras eso un disparo, en ese momento mi corazón se detuvo.

-Elizabeth! ¡Mi amor!- pero fue inútil ya nadie contesto, fue un silencio que me hizo pensar lo peor, mi ex mujer mato al amor de mi vida, su hermana la mato y yo no pude hacer nada, tras aventar el teléfono me deje caer en el suelo llorando mi desgracia, se había ido, todo se salio de mis manos y nunca mas la volveria a ver, Elizabeth Jonas estaba muerta....

SE SOLICITA MAMÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora