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Eran las siete de la mañana y Sherlock dormía en el sillón de la sala plácidamente, el sol pegaba en su cara directamente pero ni se inmutó se quedó en el sofá todo lo que su cuerpo le permitió, aunque no quisiera admitirlo se sentía cansado y algo enfermo desde hacía varios días, trato de negarlo pero los síntomas se hicieron más notorios.

No quería que la señora Hudson ni john estuvieran detrás de él todo el tiempo por lo que para no levantar sospechas ponía una alarma en las madrugadas para hacer ruido intensionalmente y disparar a la pared como lo hacía de Hobbie estando aburrido.

Pero este día se encontraba peor, su cuerpo dolía y su cabeza amenazaba con explotar.

Se removió en el sillón y le dio la espalda a la puerta al escuchar pasos ya tristemente conocidos para el.

— ¿Señor Holmes?- susurro Marissa entrando con cautela junto a lestrade que alzó una ceja incrédulo al ver a Sherlock acostado todavía.

Se acercó e hizo ademán de tocar su pulso temiendo lo peor y suspiro de alivio al ver que el detective se volteaba y lo miraba con la usual indiferencia.

—¿Se siente bien?

— No es de tu incumbencia, niña- mascullo malhumorado volviéndose a acostar dándoles la espalda.

—Quiero que me responda estas preguntas y ya, solo me quedan tres y ya no puedo predecir lo que dirá.

El hombre se quedó en silencio y analizó sus palabras dándose la vuelta de inmediato, mareandose al hacerlo.

— ¿Inventaste mis respuestas?

— Era mi única opción- hablo tranquila encogiéndose de hombros aferrándose a su libreta de notas.

—Sera un trabajo hecho por mentiras.

— No son mentiras!- se defendió frunciendo el ceño— son posibles respuestas que cree a base de su actitud y forma de pensar.

—Tu no sabes cómo pienso, tu mente no es como la mia, tu cerebro es inferior.

Tras decir esto alzó la barbilla sintiéndose satisfecho al ver el rostro de la joven, lestrade veía entretenido a los que peleaban como si se tratase de un partido de tenis.

— Si piensa que diciendo eso me hará sentir mal, se equivoca he vivido con palabras peores señor Holmes. Diga lo que diga no me hará dejar de seguir con mi investigación.

— Entonces considera en buscar otro tema por que yo no...

Fue interrumpido por los pasos fuertes e inseguros de alguien que subía las escaleras, Sherlock vio que Marissa se ponía colorada al ver al chico que se colocó al inicio de la puerta.

No tardó en indentificarlo ni en comprender por qué la castaña se puso así al verle.

—Buenos días- mascullo Wayat con timidez viendo sorprendido a Marissa.—¡ Hola!

—H-hola Wayat- saludo alzando su mano torpemente.

El muchacho tenía una sonrisa que Sherlock tomo por estúpida, vio que él tenía una bandeja en las manos y la dejo en la mesa de la cocina moviendo varias cosas.

El detective ni se molestó en reñirlo por estar moviendo sus cosas; se encontraba anonadado por la reacción de la muchacha.

— ¿Que haces aquí?- pregunto ella volviendo en si.

—Uhh, yo rente un cuarto aquí y le ayudo a la señora Hudson - se encogió de hombros.

—Tuvo opción de conseguir otro pero quiso esté en cuanto lo vio.-comentó lestrade recordandolo.

Estudiando a Sherlock Holmes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora