Japón y suegra.

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—Iré a comer algo, saldré a comprar un café y a despedirme de mi tía. —Me levanté y abrí mi armario. Saqué lo primero que vi, que fue un buzo deportivo gris y una camiseta ajustada roja, me puse zapatillas blancas, y una chaqueta negra. Tomé dinero y mi... celular, no lo tengo. 

—Cuídate. ¿Vale?. —Me miró con su típica mirada tierna y protectora. 

—Vale. Volveré luego. —Le lancé un beso y cerré la puerta detrás de mi. 

Bajé las escaleras, casi volando pero choqué con Jin.

—Te llamó Jimin a mi teléfono celular. —Me informó—. Ve a la plaza de ayer, eso dijo... Pórtate bien. —Dijo seriamente.

—Gracias. —Lo abracé y el sonrió.

—En serio, de portas bien, y te cuidas. —Me señaló con el dedo.

—Si, mamá. —Antes de qué me gritara algo, salí de la casa y corrí, si, corrí, porque me demoraría en tomar un taxi y quería ver luego a Jimin.

Mientras corría, la gente me miraba y miraba detrás de mi, como si algo me siguiera, supongo que estaba como si alguien me siguiera. No paré de correr ni un segundo, mientras más cerca estaba más rápido corría, tenía una gran ansiedad por llegar a él. Ya faltan dos cuadras, vamos _____, tú puedes. Me detuve. Tomé aire, sequé mi frente y toqué mi vientre, me preocupé por un momento, pero me sentía bien así que no temí de nada. Corrí las cuadras que me faltaban y ahí estaba él, casual pero sexy, vestido con un chaleco de lana color celeste y unos pantalones negros. Volteó, y rodeó los ojos, se acercó a mi.

—¡¿Estás loca?!. —No era lo que esperaba, pero al menos me habla.

—¡Si!.

—¡¿Viniste corriendo?!.

—¡Si!.

—¡¿Desde la casa?!.

—¡Si!.

—¡¿Por qué gritas?!.

—¡Tu empezaste!. —Rodeó los ojos y bufó, yo sonreí, me miró furioso y confundido, comencé a reír.

—¿De qué te ríes?. —Me preguntó, intentando sonar frío.

—De que estás enojado e intentas ser frío. 

—¿Cómo se te ocurre correr hacia acá en este estado?. ¿Ah?. Estás loca, además te ríes y sonríes cuando estoy furioso contigo, ayer peleamos, y sigo enojado, y te ríes. Te irás a Japón, no te veré por un tiempo, me pone mal eso. 

—¿A qué te refieres con "este estado"?. —Entrecerré mis ojos.

—A que estás embarazada, tonta. Viniste corriendo, Dios, ______, tienes que cuidarte. ¿Te sientes bien?. —Tocó mi vientre.

—Si, Jimin, estoy perfecto. 

—¿Por qué estás tan feliz?...

—Cuando desperté, estaba JungKook y me dijo que en unas horas nos iremos a Japón, no soportaba la idea de irme sin verte antes... Ahora que te veo, me siento feliz... —Bajé la mirada, miré mis pies, y sentí su mano en mi mentón, subió mi mirada, hizo que mirara sus ojos.

—Yo no soportaba la idea que te fueras sin verte... —Me abrazó tan cálidamente que cerré mis ojos. Podía escuchar su respiración tranquila, podría estar escuchándola toda una tarde...

—Te amo, Jimin.

—Y yo a ti, _____.












Fin.

Jimin el culpable...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora