25. Responsabilidad

5K 269 10
                                    

Desperté en un cuarto oscuro, bueno, no tan oscuro, se veían las luces de los postes de luz atravesando por los bordes de la cortina, la cama era cómoda, la verdad, no recuerdo ni siquiera la dirección que puse en la aplicación, me duele la cabeza.

—¿Hola? —Pregunté, estaba sola, sobé mi frente. Me senté en la cama. Ahora tengo que pensar que hacer, ¿por qué quise venir aquí en primer lugar? Siempre haciendo desastres, dios. —¿Hay alguien?

La puerta se abrió y la luz se encendió, me cubrí los ojos con mis manos para ir acostumbrándome a la luz.

—¿Estás bien? —Preguntó Chase. A lo que asentí.

—Perdón, Chase, no sabía a donde más ir, solo que ahora siento que fui lo bastante predecible y los estoy haciendo pasar un mal rato.

—Claro que no. —Entró Mariana en la habitación. —Somos amigos y estamos para ayudarte.

—Que bueno que despertaste, los chicos están muy preocupados. —Informó Sabrina

—Ah... —Solté, me senté al borde de la cama, los chicos me miraron extrañados.

—¿Está todo bien entre ustedes? —Preguntó Mariana, a lo que yo negué, sentí que me comenzaron a arder los ojos, no quería llorar. — ¿Qué es lo que ocurrió?

Me tomé un momento para poder explicarles todo, que hasta donde yo no estaba del todo segura si fue un sueño o no, estoy segura que si no me conocieran no creerían nada de lo que les estaba contando, tampoco los culparía, ni yo puedo creer lo que pasó en tan poco tiempo, hace unos días estábamos divirtiéndonos en un lago y ahora no quiero ni verles la cara a unos de mis amigos.

—Esos malditos. —Espetó Chase. Las tres lo miramos, interrogantes.

—¿Chase?

—Perdón, Jenny, yo sabía de todo lo ocurrido antes de que nos mostraras el diario... —ahora sí que no sé ni que pensar, hasta Mariana está impactada —, yo también entré en esa agencia, parte de nuestro código es no decir nada hasta que nuestras responsabilidades estén a salvo.

—¿Qué? —Interrogó Mariana.

—¿También te acercaste a mi el año pasado por eso? —Pregunté-

—No, sí quise ser tu amigo, los chicos me pidieron ayuda en verano. —Me levanté de la cama. —Jenny, ellos sí son sus amigos, ellos si los quieren, créeme que pasaron a ser "responsabilidades" en verano.

Yo siempre fue una "responsabilidad".

—¿Por cuánto tiempo nos has mentido? —Susurró su hermana—¿Por cuánto tiempo has llevado esta doble vida, Chase?

—Perdón, hermanita...

—¿Así nada más? ¿Por qué no me dijiste nada?

—Entre menos personas sepan, mayor es la seguridad, Mariana, no es un juego de niños, es algo mucho más grande.

—Entréname. —Ordenó. Con Sabrina nos miramos, después volvimos a fijar la vista en los hermanos Benavides, Chase estaba sin palabras ante lo pedido por su hermana. —Vas a entrenarme, Chase. Todo lo que sabes; defensa, sistemas, todo lo que te enseñen ahí, así nos protegeremos el uno al otro.

—Ni sueñes que te pondré en peligro de esa forma. —Chase se levantó de la cama, irritado.

—Bueno—Mariana espeta Mariana en un tono calmado y decidido—, vive con saber que tu única hermana jamás volverá a dirigirte la palabra. —Se cruzó de brazos, el chico estaba preocupado.

—No serías capaz. —susurró.

—Pruébalo. —Sentenció la chica, al ver que no estaba jugando con lo que decía, terminó accediendo a la petición de su hermana.

Aquí... Con 4 Idiotas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora