18. Martina

2.4K 264 17
                                    

Me río y me pongo colorada a la vez.

También le doy descargar.

¡Dios! Tengo calor, si sabía que iba a ver esta foto no le decía de venir hoy a casa. ¡Qué lindo que es! Y ¡Qué celosa estoy de que ahora todo el mundo lo haya visto en calzoncillos!

Mejor me calmo.

Es hermoso.

―Martu, dejá de dar vueltas que me vas a marear ―dice Lore y yo sólo le sonrío antes de ponerme a caminar de nuevo.

Estoy nerviosa. Muy.

Quiero disculparme con Emanuel por lo que pasó la noche del cine. Una cosa es que no pueda decirle que lo amo, y otra muy distinta es actuar como lo hice.

Lo peor, es que sí lo amo.

Me enamoré. No pude evitarlo. Desde el día del abrazo que siento todo esto, pero ahora es imposible de negar que es puro amor y no un simple enamoramiento.

Nunca nada puede ser sencillo en mi vida ¿no?

No. Tengo que siempre complicarla. Por lo menos, si fuese la única con el corazón en juego... ni esa suerte tengo.

No sé qué le voy a decir esta noche, supongo que tendré que contarle algo de Darío.

Me da pavor. ¿Si no lo entiende? Creo que eso rompería más mi corazón que nunca tener algo con Ema.

Por supuesto, Darío no se mantuvo pasivo. Eso era mucho pedir. Sólo me dio esa semana de descanso, cuando volvieron mis viejos, tuvo la excusa justa para volver a mi vida.

Y a su rol.

Y a su control.

Tuve que volver a cambiar el patrón de mi celular.

Tiago usa mi celu para darse vidas en los jueguitos o para jugar con mi cuenta de Face ―No soy yo la que manda las mil solicitudes, les juro―, por lo que sabe mi clave.

Darío se la pidió «para ver algo» y mi hermano no supo que había malas intenciones detrás. Ahora mi ex sabe de Emanuel.

No había nada muy comprometedor, pero si es inteligente ―y por desgracia, Darío lo es― se puede leer entre líneas lo que pasa entre Ema y yo.

Nada y mucho. Menos de lo que quiero y más de lo que puedo.

Ahora siento a mi ex todo el tiempo como una respiración en mi nuca, una voz en mi conciencia, una mano en mi garganta...

Por eso es que tengo que poner distancia de Ema, no pasar más de amigos. Porque lo quiero demasiado como para involucrarlo en el medio de mi disputa con Darío, porque no puedo permitir que mi ex lo culpe a él de lo que es pura responsabilidad mía, porque no quiero confundir lo que hago por mí de lo que hago por él.

Por mí, estoy cortando con Darío. Por él, me mantengo lejos.

Porque lo amo y ahora lo entiendo todo.

Ahora entiendo sus palabras «No lo dije para que me des algo a cambio». Emanuel no me debe nada por mis sentimientos, no me debe correspondencia ni adoración ni mucho menos, sumisión.

Lo amo sin esperar nada de él por ello. Lo amo aún sin que podamos estar juntos. Lo amo, aunque no me beneficie de eso. Lo amo sin que sea mío. Lo amo y punto. Tan sencillo y tan distinto a todo lo que conozco que parece difícil de sobrellevar.

―No vas a poder poner distancia si lo miras con esa cara de boba ―advierte Lorena con humor.

―No sé qué hacer ―confieso.

Entonces, me abrazó (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora