Emma abrió los ojos con dificultad, el barullo que sonaba en su cabeza unido al dolor en su nuca le estaban provocando náuseas.
Su mirada se detuvo en el rostro de su madre, que la miraba con expresión preocupada desde hacía unos diez minutos.
«¿Emma? Cariño, ¿me oyes?» dijo ella alzando un poco la voz, lo que hizo poner una mueca a Emma que intentaba levantarse más mal que bien.
«Claro que te oigo...creo que todos los muertos del cementerio te han escuchado mamá...» resopló ella masajeándose la nuca, descubriendo un chichón bajo sus dedos.
Snow hizo una mueca, pero no dijo nada, ayudando a su hija a incorporarse despacio.
«Cariño, nos has asustado...»
David entró en la sala con un vaso de agua que le pasó a su hija.
«Estaba seguro de haber escuchado voces» exclamó él alegremente «¿Cómo te sientes?» preguntó inclinándose sobre su hija para ver su cabeza.
«Bien» murmuró la rubia bebiendo un buche de agua «¿Qué...qué ha pasado?»
Snow cogió el vaso de las manos de su hija y lo dejó sobre la mesa.
«Te desmayaste cuando escuchaste el veredicto...»
«¡Regina!» gritó súbitamente la rubia intentando levantarse
«Ella está bien» respondió David manteniendo a su hija sentada «Está en la celda, podrás ir a verla en cuanto estés mejor»
«¡Ya estoy mejor!» exclamó Emma poniéndose de pie, tambaleándose ligeramente unos segundos «Llevadme a verla, en seguida»
David abrió la boca para explicarle a su hija que no era razonable ir ahora, necesitaba reposo, pero cuando desvió su mirada hacia Snow que lo miraba moviendo la cabeza, comprendió que no serviría de nada intentar razonar con la rubia.
«Bien, vale...vamos...» gruñó cogiendo su chaqueta y sus llaves.
«¡Emma!»
Regina se abalanzó a los barrotes al ver entrar a la rubia en el despacho.
Sin una palabra, la joven sheriff echó a correr y deslizó con ansiedad la llave de la celda en la cerradura, girándola en todos los sentidos hasta escuchar el ruido significativo y liberador. Empujó la pesada puerta y se lanzó a los brazos de su amante intentando esconder sus sollozos.
«Emma, ¡tuve tanto miedo!» exclamó la morena estrechando a su abogada contra ella suspirando aliviada.
La rubia la besó entonces sonriendo.
«Todo está bien, no te preocupes» respondió acariciando la mejilla de la morena.
«¿Qué ha pasado? ¡Yo...solo tuve tiempo de escuchar el veredicto y después te vi derrumbarte en el suelo!»
Al pasar su mano por la nuca de Emma, Regina la vio hacer una mueca y sintió un bulto bajo sus dedos.
«Oh, cariño...»
Sin decir una palabra, la morena movió despacio los dedos y Emma entonces sintió cómo desaparecía el dolor de su nuca, dejando lugar a un dulce calor reconfortante.
«¿Tienes...tus poderes?» exclamó contenta de repente.
Regina se encogió de hombros y retrocedió ligeramente.
«Sí...Rumpel y David se pusieron de acuerdo sobre el hecho de que podían confiar en mí. Cuando vieron lo preocupada que estaba por ti, pensaron que de todas maneras no me escaparía sin tener noticias tuyas...»
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Enjuiciamiento
Hayran KurguTRADUCCIÓN del fic francés Jugement escrito por Gottevil. Los habitantes de Storybrooke han decidido hacerle un juicio a Regina por todos sus actos pasados. Belle en la acusación, Emma, en la defensa. Todos tendrán que hacer frente a un pasado dolo...