Hola, ¿Qué tal? ¿Bien?, me alegro, bueno, en verdad no, me da bastante igual, pero es educado preguntar ¿verdad?, al menos eso dicen...Bueno, esto puede parecer raro, y en efecto lo es, ¿Cómo de raro? ¿En qué escala?, más o menos rondara el ocho, suponiendo el cinco que se acabaran las guerras en el mundo y el seis la destrucción de la Luna. Es más raro que montar en bus y que el conductor no acelere nada más pasar la tarjeta, provocando así que todo el mundo que esté de pié se tambalee o caiga, es algo que no entiendo, es decir, ¿Tanto cuesta esperar a que las personas escojan su asiento o simplemente se agarren a las barras? El transporte público es odioso, al menos el bus, es jodidamente horrible, se que parece que estoy exagerando, pero en serio, cuando dependes de que el bus no llegue tarde para tu no llegar tarde, es en esos momentos, cuando el maldito carro metálico parece saberlo y se retrasa sin motivo alguno y oooh por dios cuando hay huelgas, cuando alguien decide exigir sus derechos con toda la razón del mundo todos los que dependemos del maldito bus podemos empezar a andar o rodar porque de otra manera no llegaremos a tiempo a donde sea que tengamos que ir. Son bastante raras las situaciones que se dan dentro del transporte, en serio, por no hablar de los tipos de pasajeros que suelen usar el bus a lo largo del día, están los típicos que no paran de gritar por el móvil, o hablando con alguien, esas malditas ratas chillonas, ¿No saben que gritar es de mala educación? Son bastantes los impulsos asesinos que me dan cuando alguien les pide que no griten tanto y encima de que son ellos los que están haciéndolo mal, se enfadan...Es increíble, pero este no es el peor de los tipos, luego están los que no tienen nada mejor que hacer que hablar con quien sea que conduzca el bus, y en serio, les da igual que el conductor tenga un cartel al lado en el que pone explícitamente que no se debe molestar al conductor, esas personas parece que no tienen nada mejor que hacer que molestar al pobre hombre o mujer o cosa que conduzca la máquina, ya es un trabajo de mierda para que además tenga que soportar a pesados con diarrea vocal. Luego puedes encontrar un tipo más de pasajero, los estudiantes, donde yo me incluyo, por Buda somos horribles, entramos en el bus, miramos mal a todos...Bueno eso igual solo lo hago yo, pero he de admitir que los estudiantes solemos ocupar incluso los sitios de personas mayores y embarazadas, yo en verdad paso de hacerlo, prefiero ir de pié, pero muchos ignoran los carteles, los putos carteles, ¿Nadie lee los carteles? Como el que come en el bus a las 4 de la tarde y los que volvemos de la universidad tenemos que sufrir viéndolo comer mientras morimos de hambre, que podría simplemente llevarme comida y ya, pero joder ambos sabemos que levantarse a las seis todos los días para pasar un viaje muy rico de una hora y media en bus de ida es suficiente excusa para tener pereza de además prepararte algo para después....Pero, no sé porque os estoy contando esto, estábamos hablando de cosas extrañas ¿no? Y yo os estaba contando la cosa tan rara que me había pasado hace poco, cuando pase esto, que me voy por las ramas, avísame, no suelo darme cuenta (Claro, la gracia es que no puedes avisarme, menudo mago del humor eh). Bueno, por donde iba, yo volvía de uno de esos días productivos estudiando como un cerdo en la universidad, estaba sentado en el sitio de siempre del bus, mirando por la maldita ventana de siempre, y con el maldito pirado del bus sentado al lado mío, como solía pasar siempre, ¿tan mala pinta tengo que nadie se quiere sentar a mi lado? Pero bueno, no vuelvo a empezar con el tema de los tipos de pasajeros del bus. El caso es, que ese día hubo algo distinto en el camino de vuelta a casa, baje del bus, recargue mi mochila sobre mi hombro derecho (una forma guay de hacerlo eh) y empecé a andar dirección mi casa, no vivo muy lejos de donde me deja el autobús, pero fueron esas dos malditas calles suficientes, para que un tío que no conocía de nada se acercara a mí y me dijera de forma educada pero no muy confiable que tenía que hablar conmigo, es en esos momentos cuando recuerdas lo que siempre decían tus padres cuando eras pequeño: "No hables con desconocidos". Bien, pues me lo pasé literalmente por los huevos, es decir, ¿de verdad era mejor ignorarlo? No lo creo, estaba algo nervioso, no asustado, no es que el tipo fuera muy intimidante, pero obviamente no lo conocía y tengo un gran sentido de la desconfianza, si es que eso existe, podemos llamarlo cautela, pero sobre todo desconfianza. Fue entonces cuando saque las manos de los bolsillos de mi sudadera (ya sabes, por si tenía que pelear o ponerme en guardia, cauteloso eh) y le pregunte directamente que quería, lo sé, no me molesté en preguntar su nombre, pero ¿de qué me iba a servir? El tipo no me dijo nada del tipo "Dame tu dinero o te rajo", no, me dijo algo que al principio me hizo pensar que el tipo era toxicómano o estaban grabando una cámara oculta, os repetiré textualmente la conversación:
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Historia de un Error
FantastikDurante el verano de 2018 un estudiante normal es sumergido a un mundo totalmente nuevo y extraño al que tendrá que hacer frente haciéndose pasar por lo que no es, uno de los legendarios dioses. Solo la suerte y sangre fría le ayudarán a sobreponers...