Viktor x Yuri - Esa dulce fragancia [PAUSADA]

Cap. 15

Una vez Viktor estuvo dentro del cuarto y la puerta se encontró cerrada, se dirigió a Yuuri para comentarle que el rubio había llegado para verlo, cuando el azabache escucho esto rápidamente se levantó de la cama en la cual se encontraba sentado para dirigirse a la sala... Viktor casi estuvo a punto de detenerlo cuando, se dio cuenta de que no debía hacerlo... debía mantener la promesa, y que difícil le era hacerlo.

-¡¡Yurio!!- salió corriendo a abrazar al pequeño ruso.

-ehhh... ¿Qué?- cuando se dio cuenta ya estaba entre los brazos del azabache, no quería admitirlo pero le agradaba bastante... se sentía a gusto allí.

-qué bueno, ¿Cómo estás?- una sonrisa se dibujó en el rostro del azabache y los ojos color chocolate de este demostraban la alegría que sentía.

-estoy bien, estoy bien... hace dos días que no nos vemos- la voz del rubio sonaba risueña, el azabache era como una madre preocupada... al pequeño esto le daba bastante gracia, pero a la vez le agradaba.

-ahh, claro... entonces... ¿querías decirme algo?- se separó de él y pregunto un poco preocupado, talvez era algo muy importante... aunque tal vez no.

-sí, quería decirte si querías que vallamos al centro comercial... me entere de lo que sucedió con Phichit, ¿querrías que vallamos notros juntos ahora?- una suave y no muy común sonrisa se dibujó en los pequeños labios del rubio.

-¡¡¡claro que sí!!!- la respuesta por parte del azabache no se hizo esperar, se notaba que le había agradado la idea.

-¿vamos ahora?- desde atrás se escuchó la voz de Viktor, no le iba a negar a Yuuri el que fuera, y menos cuando se había emocionado así, pero tampoco lo iba a dejar que valla solo con Yurio... todavía no confiaba en el pequeño, y parece que iba a tardar en hacerlo.

-¿vas a venir con nosotros?- dijo el pequeño rubio con una clara reacción de desagrado.

-¿es que acaso creías que no iba a ir?- con otra pregunta respondió el de caballos plateados, realmente no los iba a dejar que vallan solos ¿es que acaso eso es lo que esperaba?.

-entonces vallamos- repentinamente se escuchó a Yuuri, estaba tan emocionado de poder salir con Yurio a ver las cosas para bebe y demás que realmente no le presto mucha atención a la reacción de los otros dos.

Con un suspiro ambos rusos asintieron y comenzaron el camino al centro comercial... no fue muy largo el trayecto y no hubo mucha conversación, y si la había no tenía mucha importancia.

Cuando llegaron lo primero que hicieron el rubio y el azabache fue ir a buscar algo dulce para comprar, al parecer aunque no lo demostrara mucho a Yurio le gustaban mucho los dulces.

Mientras que ambos esperaban en la fila para comprar el peli-plata se quedó esperando en una banca cercana, y que creen que sucedería si un ruso alto y bien parecido esta solo... si, se le acercaron unas cuantas betas y omegas, digamos que era un poco inconveniente para el azabache el que otros no pudieran notar el que ese Alfa ya tenía dueño... a pesar de que no lo mostrara mucho estaba celoso, no eso es poco... estaba celosísimo, le molestaba que todas esas lanzadas estuvieran cerca de Viktor.

Yurio ni había notado el que unas cuantas mujeres se habían acercado a el ruso que estaba a lo lejos, pero lo que si había notado es que Yuuri soltaba un pequeño olor extraño, no lo había notado antes. Cuando miro su cara noto que estaba mirando hacia la dirección del peli-plateado, por instinto el también miro y ahí noto que había unas cuantas mujeres rodeándolo, y a pesar de que el las ignoraba esto incomodaba al japonés.

Por parte del Ruso mayor este estaba lo más tranquilo esperando que terminen de comprar cuando se vio rodeado por unas cuantas Omegas y Betas las cuales le hacían preguntas incomodas... él las estaba ignorando para no causar problemas, cuando repentinamente noto que Yuuri miraba con desagrado la situación, normalmente rápidamente habría alejado a esas mujeres para que el otro no se sintiera mal, pero por alguna extraña razón quería hacerlo que se sienta celoso... quería ver cómo eran los celos de su azabache, era un poco extraño pero las ganas que tenia de que el azabache se pusiera celoso eran bastante grandes.