Esta no es la historia que quería.

Emma: Querida Lena.

Querida Lena:

Han pasado dos semanas desde que te vi por ultima vez. Decidiste no prometerme volver, lo entiendo. Tenías que pensar quién era a quien besar a la mañana y llamar a las tantas de las noches para rememorar el ultimo beso, o llorar. No sé si tu decisión esta tomada, las pastillas no me dejan pensar con claridad y tú no sales de mi cabeza. Puede ser el porro que me estoy fumando en estos momentos o simplemente tú. Me entraron ganas de descubrir eso del amor follando dadas de la mano mirándonos a los ojos, pero supongo que nunca fue nuestro momento.

El año que viene me voy. Así que supongo que nuestras miradas se terminan aquí. Me voy a Londres, hay una buena universidad que otorga subvenciones para publicar libros. Yo publicando un libro, ¿te lo imaginas? o tú allí fotografiando hasta mis manos... ojalá.

Esta noche demasiado larga... perdón si me tiembla el pulso... mi cabeza no deja de gritarme y yo soy suficientemente estúpida para seguir haciéndolo.

Te imagino sentada, fumando un cigarrillo y aprendiéndote el rumbo del humo. Ahora mismo esta lloviendo y ya no sé si son mis ojos los empañados.

Me voy del tema, lo siento. Me han becado para ir allí, pienso aprovechar la oportunidad y cuanto más observo menos entiendo este mundo, tal vez allí encuentre respuestas.

Salí hace poco del hospital y este es el momento más a solas que he tenido desde la fecha. Que fácil es llorar y todavía no se ni porque lo hago, no es por ti, tranquila. Solo supongo que el silencio me asusta y creer que el siguiente sonido sera tu voz más.

No te voy a engañar, no sé qué me pasa contigo, no te conozco, no sé tus gustos, ni tu música. Solo he visto unas cuantas fotografías donde parecías abrirte el alma, supongo que con ello parezco conocerte más que a nadie. Es extraño esa sensación de que las imágenes me hablaban a mi.

Té echaré de menos, chica desconocida. Supongo que ya no tienes decisión que tomar.

Me voy.

Adiós.