injustice

Capitulo 11. "Batman"

Dios pero que dolor de cabeza, en mis tiempos me tomaba 2 de aspirina, pero ahora me aguanto como un hombre.

Desperté con las dos manos atadas a una cadena que estaba encima de mi cabeza, estaba en una especie de pasillo obscuro pero que al final de este tenía una especie de traga luz que era lo única luz que permitía que pudiera ver algo.

De repente una puerta se abrió y unos 8 soldados comenzaron a marchar hacia mí y formaron 2 filas de modo que sus espaldas quedaron de frente a las paredes, me desespere y así que intente charlar con el que me quedaba más cerca:

-Oye tú, ¿dónde estoy?

-¡¡¡Silencio!!!! El líder supremo se reunirá contigo en un segundo.

-Oh mierda.

Desde ese instante se escuchaba en el cielo como algo se acercaba con mucha velocidad, los soldados se arrodillaron y entonces algo entro por el agujero y golpeo con gran fuerza el piso, era Superman, solo que este tenía un traje un tanto más cool, se acercó a mí y me soltó un golpe en el abdomen, dolió mucho.

-Jamás pensé que fueras tan tonto como para dejarte agarrar por el más débil de mis perros, que drástico cambio en ti Narzal, primero tuve que asesinar a Hec para que ustedes entendieras que no pueden derrotarme, cuando Ultraman desde otro mundo vino a conquistar el mío no fue difícil persuadirlo para que se uniera a mí y sea mi perro, le robe al cerebrito de ciborg su Superman ciborg y por ultimo persuadí a Isaí para que se transformara en lo que es, ufff si supieras lo facil que fue asesinar a su familia y culparte.

-No soy el que buscas, amigo.

-Ya sé que tú no eres el que buscó, para empezar tu armadura no es igual que mi Batman y tus signos vitales son diferentes.

-¿Entonces para que me contaste tu aburrida historia?

-Pues.... No sé, el punto es que tú serás mi carnada, mañana tus amigos vendrán a rescatarte pero les tendré preparada una emboscada con todos mis soldados y mi nuevo equipo de villanos.

De repente apareció uno de los soldados de Superman.

-Señor, hay problemas en la mansión Wayne.

-Gracias hijo- le dijo al soldado dándole una palmada en la espalda- voy para allá.

Comenzó a alejarse hacia el hueco.

-Pues mucha suerte

-No la necesito- y salió volando hacia la superficie.