Una chica Maddox

Capitulo 11.

Mientras estaba en la camioneta. Pensé como sería un noviazgo con Simon o con Luke, pensé cuál de los dos  sería mejor, o mejor dicho cuál de los dos me haría sentir yo misma, entre tanto pensamiento llegue a la conclusión que tal vez ninguno de los dos me convenía, es mejor pasar la vida sola... O bueno no la vida si no el momento (que inteligente, Tara) solo era cuestión de tiempo, que Luke dejara de  jugar o hacer lo que estuviera haciendo conmigo, y solo era cuestión de tiempo de dejar que Maggie al fin tuviera algo serio. No la odiaba por ello, al fin y al cabo era mi amiga, y obviamente primero "amigas antes que chicos". En cuestión de unos minutos llegue a mi casa, no tenía ganas de ir a mi cuarto y reflexionar del asunto así decide ir al garaje, en el garaje había una Batí-Cueva que yo hice cuando tenía cuatro años, solo podía entrar yo. Ningún hombre Maddox podría entrar. Así que fui allí. las cosas están como las deje, tocaba hacerle una remodelación era obvio pero todo estaba allí, las fotos, los diarios, los libros, las luces, cartas que escribí para mis hermanos y nunca entregué, cosas que me decían que estaba en casa y que ya todo había cambiado. Era como entrar en un baúl de recuerdos. Era hermoso.

- ¿Todavía tengo que seguir la regala de oro? – dijo una voz gruesa y una silueta bastante ancha, tenía dudas de quien era.

- No, pero ahora hay una condición – Dije

- ¿Cuál? – la voz se escuchaba divertida

- La clave

- Por el amor de Dios, Tara – se cruzó de brazos - ¿no me vas a dejar entrar si no digo una clave?

- Aja

- Mmm.. Piter panda – negué con la cabeza, era obvio que veía mi silueta – Scott Mcall es un alfa verdadero – negué otra vez – los cazadores de sombras lucen mejor de negro desde 1234

- Si... ¿Cómo adivinaste? – pregunté

- Tara, te conozco, y se que amas a Jace sobre todos los cazadores de sombras, mundanos, subterráneos que existan en la tierra

- Te equivocas – respondí

- Bueno excepto por Will – lo deje pasar

Su mirada fue cálida, la mirada que necesitaba realmente, no lo veía desde hace tiempo su cuerpo lleno de tatuajes, era obvio. Su cuerpo en forma, No era de extrañarse, su sonrisa era su todo por el amor de Dios lo amaba.

- ¿qué haces ahí? Párate, ya llegue dame la bienvenida – dijo Tyler. Inmediatamente me pare y lo ábrese, nuestro abrazo duró aproximadamente 5 minutos – no sabes cuánto te extrañe, pequeña. Y no sabes cuando me alegra tenerte de vuelta

- Yo también te extrañe. Ty – me separo, y colocó sus manos en mi cara

- ¿Qué tienes? Solo vienes aquí cuando ocurre algo – me dio un beso en la frente – ven sentémonos y charlemos un rato

ese rato se convirtió en horas contando sobre lo que había pasado después de que nos separáramos, que había sido de su vida, si se había enamorado, pero no, me contó que tenía a una chica que había conocido que había química pero que ella no lo sabía. Y yo, yo le conté lo de Simon y de Luke

- ¿desde cuándo te estabas viéndote con chicos, tara?-preguntó muy serio

- Eso no importa

- Claro que sí – dijo – no ves,  somos cinco hombres, cinco hermanos, que pretendes, que vallas de un lado al otro con un chico sin conocerlo, sin saber quién es

- Trav, lo conoce – dije, y puse los ojos en blanco

- Ey, nada de esas miradas – me regaño – ustedes las mujeres, y sus miradas en blanco ¿qué les pasa? – me reí de la formas en lo había dicho. Nos quedamos unos minutos en silencio hasta que él volvió y tomo la palabra – te acuerdas... Cuando un día entre aquí sin que tu me dejaras –asentí – y te acuerdas que no te colocaste brava, pero sí con Taylor. Todo este tiempo me pregunté por qué