8. Lastimada.

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Laura

Me levanté más temprano de lo normal para ir a la casa de Ross. Hoy si mi sexto sentido no fallaba iba a poder ejecutar la siguiente fase de mi plan: Hacer que Ross me lastime y que se arrepienta. Sonrio y me alisto rápido para subirme a mi auto. Estaba emocionada, sin dudas esto iba a divertirme como la mierda más tarde. Hoy era el día en el que las clases de teatro iban a valer la pena.

Ayer por la noche escuché cuando Ross dijo que iba a llevar a una chica a su casa para follarsela, ya que iba a buscar el bolso de Lucie y el baño estaba a espaldas de Ross. Le hice señas a Alex y a Ashton para que no le advirtieran que yo estaba ahi, después de escucharlo yo sonrio y me vuelvo a dirigir al baño

— Lucie, lo siento pero los chicos estaban hablando y no quise interrumpirlos. — le digo con una sonrisa de disculpa.

— No te preocupes. Vamos, ya deben haber terminado su charla de hombres.

Asiento y volvemos, yo simulando que no escuché nada con una sonrisa. Ross, eres un estúpido.

Ahora me encontraba yendo a su casa, eran siete de la mañana. Hoy me pedí el día libre, ya verán porque.
Llego a su casa y pongo mi mejor sonrisa, iba a librarme de la presencia de Ross por cinco días si esto salía como planeaba. Toco el timbre y espero. Por favor que siga la puta acá, por favor que siga la puta acá, por favor que... La puerta se abre y aparece una chica rubia con la camisa de Ross. Perfecto. Hora de la actuación.

— ¿Y tú quién eres? — dice mirándome de arriba a abajo. Se creía la gran cosa por haberse acostado con Ross. Já. Linda, haz fila porque fuimos muchas.

— Soy la novia de Ross. Y tú eres...

— Oh, cariño. Ross se acostó conmigo anoche. De manera indirecta creo que está rompiendo contigo. — sonrie.

Piensa en la muerte de Glenn. Piensa en la muerte de Glenn.

Automáticamente mis ojos se llenan de lagrimas. Oh, Glenn...

— ¿Q-qué? — digo sollozando. Aún no supero que hayan matado a Glenn.

¿Qué? ¿Pensaban que lloraba por Ross? Con este tema yo quería reirme de lo ingenua que era la rubia.

— Lo que oiste. — quiero borrarle la sonrisa arrogante de la cara.

— No... Él no podría... — por supuesto que si podía, tenía que ser idiota para creer que él no lo haría. Muy idiota.

Siento pasos bajando por las escaleras. Ross.

— ¿Quién es? — dice él dormido.

"I'll find you, Maggie"

Me rompo a llorar. Que injusta fue su muerte. Estúpido Daryl. Él a escuchar a alguien sollozar baja rápido y se pone pálido cuando me ve ahí. Ross, yo sé jugar cariño.

— Laura... Puedo explicarlo. Escucha... — suena desesperado. Sabía que yo le gustaba. Era el momento de hacerle creer que me perdió y decirle adiós a su vida sexual con otras.

— ¿Qué le vas a explicar? Follamos varias veces. Fin. No tiene tanta historia. Dios, son tan dramáticas las parejas — dice la rubia, aburrida.

Yo lloro más. — No puedo creer que me hayas engañado, ¿qué pasó con tu "Solo quiero que seamos tú y yo"? ¡Que yo sepa ella no es yo! — digo sollozando mirándolo a los ojos.

Él se ve destruido y desesperado. Si Ross, estás perdiendo a tu chica por esta vida de mierda que tienes.

— Por eso se acostó conmigo, porque no soy tú.

En serio, iba a matar a esta perra.

— No, no lo eres. Sólo eres una puta fácil, eres una de sus miles de putas. Eso es triste. — le digo mirándola mal. No iba a dejar que me menosprecie una zorra.

— Quien sea que seas, vete de una vez. Fue un error. — le dice Ross a la rubia pero sin quitar la vista de mi.

Yo sigo llorando y la rubia se va con la camisa de Ross. Menuda zorra.

— No puedo creer que me hayas ilusionado así. Yo odiaba a los hombres pero decidí darte una oportunidad porque me parecías alguien honesto y fiel. — le digo mirándolo dolida.

En serio agradezco mis clases de teatro. Quería echarme a reír por lo que dije, más tarde lo haría con mis amigas.

— Y quiero serlo pero Laura tengo necesidades. Por favor, perdoname. Fui un imbecil. Quiero cambiar. Por ti. — dice intentando agarrar mi mano.

Yo la retiro de inmediato y le doy una cachetada. — ¡Vete a la mierda, infeliz! — le grito llorando. La escena de la muerte de Glenn se seguía repitiendo en mi mente y a causa de eso no podia dejar de llorar. Pensar en él me deprimia. Maldita serie.

Ross luce sorprendido y se toca la mejilla. — Laura... Me duelen más tus palabras que la cachetada. — dice él.

— Bien, si no te duele... — y dicho esto comienzo a darle cachetadas. Una atrás de la otra. Mmm... Que placentero... Mi placer se arruina cuando me agarra la mano al intentar darle otra. Rayos.

— ¡Basta, Laura!

— ¡Suéltame! No quiero verte nunca más en toda mi jodida vida. Hijo de puta. — él me suelta dolido y yo suelto un sollozo. — Espero que haya valido la pena perder a una chica que quería algo más serio y podría haber sido también la chica que te amara, por tu vida lleno de sexo vacío. — termino para después irme. Siento a lo lejor que Ross grita mi nombre pero lo ignoro y me subo a mi auto.

Seco las lagrimas y lo pongo en marcha. Me dolía la mano pero habían valido la pena esas cachetadas ¡Joder, siempre quise hacerlo! Miro por el espejo retrovisor y me encuentro con Ross arrodillado en el piso con la mirada perdida. Reflexionando. Mi imagen favorita: él sufriendo. A los hombres no les gusta echar a perder todo con las chicas que por fin logran que les haga sentir algo. Con Ross llevábamos unos días saliendo, él no estaba enamorado de mi pero si le gustaba. Mucho. Espero que lo suficiente como para hacerle ver que esta vida era una mierda.

Me alejo en dirección a la casa de mi mamá. Hoy iba a pasar el día con mi familia, ya que Ross iria a mi trabajo y a mi casa. Pedi el día libre en el trabajo para que él pensara que estaba tan devastada que ni siquiera fui al trabajo. Y se desesperaria al no encontrarme en mi departamento tampoco.

Laura Marano sabe lo que hace. Solo era cuestión de conocer a los hombres y como piensan. A Ross yo lo conocía como a la palma de mi mano, lo conocía años atrás y lo conozco ahora. Estaba segura de una cosa: Ross Lynch estaba cayendo. Sonrio satisfecha mientras conduzco.

Heartbreaker | Raura TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora