Heartbreaker | Raura TERMINADA

15. Pobre Corazón

— ¿Cómo harán para salir si hay una re tormenta? —  pregunta Scarlet mientras se sienta a mi lado en el sillón.

— ¿Hay tormenta? Mierda. No me di cuenta.

Con auriculares era muy obvio que no iba a escuchar.

— Oh, por qué será... ¿Qué ves?—  mira sobre mi hombro.

— Gossip Girl, ya no puedo ver Game of Thrones porque la veo con Ross. — hago puchero. Yo solía hacer maratones de horas, incluso días, de Game of Thrones.

— ¿Dejaste de ver Game of Thrones por él? Oh, vaya... — me da una mirada traviesa.

— ¡No es lo que piensas! Si lo veo sin él, no voy a poder evitar spoilearle y disfrutamos verlo juntos. Por cierto, ¿esta noche podrías comer en tu habitación? Te puedo preparar algo ya y llevartelo... Por favor, Scar. No quiero cancelarle.— pongo mi mejor cara de perrito abandonado. Nunca falla.

— Ves Game of Thrones con él, no queres arruinarle la vida spoileandole Game of Thrones y encima vas a cocinarle una cena romántica. Me encantan.

— Es parte del plan lo de la cena, ésta noche seguro me pide ser su novia. — sonrío orgullosa y ella ríe.

— Puede pedirtelo otro día, Laura. No pongas excusas, lo haces porque querés.

— Cállate. No pienso tener esta conversación contigo. Se suponía que ambas lo odiabamos.

— Ya se me está yendo el odio con las cosas que hace por ti.

Ruedo los ojos. — Voy a llamarlo para decirle.

— Sales temprano de tu trabajo y vas a ponerte a cocinar para no arruinar lo que sería su primera cita oficial.

— Ya tuvimos citas.

— En la primera lo invitaste a ver una serie para no hablar con él y en la segunda terminaste borracha. Vaya citas.

— Nosotros no somos normales.

— ¡Ya hasta hay un nosotros! Voy a ser una raura shipper. Púdrete, Stephany.

Rio y me voy a mi pieza para llamarlo. Al instante atiende.

— Hola, cariño. Espera... ¿Eres Laura, cierto? — dice Ross.

— Sip, soy yo. Escucha... No sé si estás en una cueva como yo y ni siquiera te enteraste que hay una tormenta de la puta madre...

— De hecho, justo ahora estoy con Rydel. Acabo de ir a buscarla a su clase de baile, asi que sí que se de la tormenta.

— ¡HOLA, LAURA! TE EXTRAÑOOO — grita Rydel desde el fondo y yo rio pero mi risa muere al instante.

— Espera, ¡¿estás hablando mientras conduces?! Ross, podrías tener un accidente.

— Amor, tengo el manos libres. No pasa nada.

Amor. Que bien sonaba. Estúpido Ross.

— Oh, bueno. Escucha, ven a mi departamento hoy. Voy a hacer una cena para nosotros dos, no quiero que cancelemos nuestra cita y salir hoy podría ser peligroso... Si no quieres está bien, podemos vernos otro día.

— No, la cena me parece perfecta. Pero te voy a seguir debiendo una salida.

— No te preocupes, ya tendremos tiempo cariño.

Ocho meses. Ocho meses y esto acababa. Iban a ser los ocho meses más largos de mi vida.

— Está bien, ¿a qué hora?