10. No eres suficiente, Laura

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Diez años atrás. Casa de Ross, 29 de diciembre.

Estábamos en la casa de Ross todos mis compañeros festejando su cumpleaños número 16. Suspiro mirándolo hablar con sus amigos y riendo desde el sillón donde me encontraba con mi amiga.

Laura, ya deja de mirarlo. Está fuera de tu alcance. — dice ella en tono aburrido como si me lo dijera todo el tiempo, cosa que hacia.

Suspiro. — Odio ser tan tímida y no hablarle. Todos lo tildan como un idiota insensible pero yo sé que hay más atrás de toda esa fachada. Es tan lindo...

Ella rueda los ojos y yo me limito a bajar la cabeza. Odiaba esta situación. Dolía que el chico que te guste se acueste con todas menos contigo.

Laura, chicos como él se acuestan con chicas como yo, no con chicas como tú, sin nada para ofrecer. Sólo pura mierda de amor y confianza que nadie quiere a esta edad.

Bien, logró herirme. Gran amiga.

— P-pero... — intento decirle conteniendo las lágrimas y ella me interrumpe.

— Pero nada, Laura. No eres suficiente para alguien como él, mejor fíjate en algún perdedor. Esos al menos podrían estar más cerca.

— Lo quiero a él...

— Pero él no te quiere a ti. Superalo. —dice para después irse y yo me quedo en el sillón. Ella podía ser una completa perra cuando quería.

Siento que alguien se acerca pero yo lo ignoro. No era suficiente para el chico que me gustaba y me sentía como una mierda por eso.

Laura, ¿estás bien? — pregunta una voz masculina. Ross. De inmediato levanto la mirada y me encuentro con sus ojos que me miran preocupados, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando.

— Si, si. No es nada... No te preocupes.
— le digo secándome las lagrimas para después sonreirle.

— Te invito un trago, vamos... — me ofrece la mano y yo la acepto gustosa. Ross Lynch invitandome un trago. A mi.

Nos acercamos a la barra improvisada y me corre una silla, le agradezco y me siento.

Se sienta a mi lado y acerca su silla hacia la mia. — ¿Qué quieres tomar?

— Nunca tome alcohol. Sorprendeme.—le digo sonriéndole. Primer error de la noche: Dejar que él elija lo que yo voy a tomar.

— De acuerdo. — llama al barman y le murmura algo que no entiendo. Yo estoy muy concentrada saltando de la felicidad mentalmente.

Nos traen la bebida y al principio no me gusta, pero después del segundo trago me iba agradando el sabor y fui tomando más mientras reia con las cosas que decía Ross. Era un chico muy divertido. Era perfecto.

— ¿Vamos a bailar, Laura? — se levanta y me ofrece la mano. Asiento sonriendo, ya estaba ebria. — Entonces vamos. — toma mi mano y me arrastra hacia la pista.

Me toma de la cintura y cada vez bailamos más pegados. Su cuerpo contra el mio era algo exquisito. Se acerca a mi oido y susurra las palabras que me llevaban a mi segundo error.

Heartbreaker | Raura TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora