4. «Manda»

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─ Tu nombre se ve más complicado que el mío

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─ Tu nombre se ve más complicado que el mío. ─ Bobby comentó después de ver el cuaderno de Hanbin. "Bobby" y "Kim Hanbin" escrito en coreano y él no entendía nada. ─ ¿Qué son todos esos símbolos?

─ "바" es por Bo, "비" es por bby. ─ Explicó el menor. ─Aunque se escribe como suena. El mío es más largo porque mi nombre es coreano.

─ Uhmm... ─ Asintió entendiendo a medias

─김Kim, 한Han, 빈Bin. ¿Ves? ─ Hanbin le mostró con paciencia. Bobby asintió esta vez captando un poco más. ─ ¿Tú no tienes un nombre coreano? ─ Indagó.

─ No lo sé, mamá me puso el nombre que tenía mi padre, aunque nunca se casaron. Creo que era un músico o algo así.

─ Oh.

─ ¿Tú no tienes un nombre más americano? ─ Preguntó Bobby sentándose sobre la mesa en la que escribía el menor.

─ Cuando llegué a estudiar aquí, quise que me llamaran "B.I" ─ Murmuró garabateándolo sobre la mesa.

─ ¿Por qué?

─ Porque suena cómo "Be I", supongo que...quería seguir siendo yo, incluso en un país extranjero. No creo que lo entiendas...

─ Eres extraño. ─ Bobby dijo con simpleza.

─ Cómo si tú no lo fueras.




Los guardias pasaron gritando que se metieran a las celdas a los reos que seguían dando vuelta y al cabo de unos minutos fueron apagadas todas las luces.

Hanbin se había trepado a su litera luego de una partida de damas con el mayor, ya se había quitado los pantalones y la chaqueta cuando Bobby decidió llamarlo.

─ Hanbin ¿Ya te vas a dormir? ─ Fue todo lo que dijo, no con un tono sugerente ni provocador, pero el menor sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Se sentó en el borde de la litera y se quitó la playera antes de deslizarse hacia abajo. Bobby estaba sentado sólo con calzoncillos esperándolo, sosteniendo una tira de condones en su mano derecha. Hanbin suspiró. ─ No me mires así, yo no soy el enemigo.

─ Tú eres mi guardián, Bobby... ─ acordó Hanbin, sentándose encima del mayor. Tenía que mantenerlo feliz ya que había pactado con Dios. A cambio de su vida, él lo mantendría a salvo en ese violento lugar.

El menor lo besó suavemente, sus labios a penas siendo presionados, dejando a Bobby con ganas.

─ No lo olvides, bin. ─ El mayor llevó su mano hasta su propia entrepierna, guiando la mirada del contrario. ─ Yo no soy tu Dios. ─ Tocó su pene. ─ Este es él. Y él sólo protege a aquellos que son fuertes, así que no te pongas sentimental... me enfurece. ─ tomó la nuca del menor retándolo con la mirada. ─ Y no vuelvas a besarme tan mal. ─ Hanbin suspiró antes de sacar la lengua de su boca imitando a su dueño. Bobby Tomó sus caderas y lo presionó contra su cuerpo haciéndolo gemir. ─ Pon algo de pasión en ese beso... La suficiente para que llegue a los Dioses.

under grand hotel || double bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora