Hanbin, un estudiante de intercambio coreano en Estados Unidos, es condenado por asesinato en primer grado y enviado a Under Ground Hotel, una prisión Federal localizada treinta metros bajo Long Island.
Allí Hanbin, se encuentra con Bobby, líder de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─ Tu nombre se ve más complicado que el mío. ─ Bobby comentó después de ver el cuaderno de Hanbin. "Bobby" y "Kim Hanbin" escrito en coreano y él no entendía nada. ─ ¿Qué son todos esos símbolos?
─ "바" es por Bo, "비" es por bby. ─ Explicó el menor. ─Aunque se escribe como suena. El mío es más largo porque mi nombre es coreano.
─ Uhmm... ─ Asintió entendiendo a medias
─김Kim, 한Han, 빈Bin. ¿Ves? ─ Hanbin le mostró con paciencia. Bobby asintió esta vez captando un poco más. ─ ¿Tú no tienes un nombre coreano? ─ Indagó.
─ No lo sé, mamá me puso el nombre que tenía mi padre, aunque nunca se casaron. Creo que era un músico o algo así.
─ Oh.
─ ¿Tú no tienes un nombre más americano? ─ Preguntó Bobby sentándose sobre la mesa en la que escribía el menor.
─ Cuando llegué a estudiar aquí, quise que me llamaran "B.I" ─ Murmuró garabateándolo sobre la mesa.
─ ¿Por qué?
─ Porque suena cómo "Be I", supongo que...quería seguir siendo yo, incluso en un país extranjero. No creo que lo entiendas...
─ Eres extraño. ─ Bobby dijo con simpleza.
─ Cómo si tú no lo fueras.
∞
Los guardias pasaron gritando que se metieran a las celdas a los reos que seguían dando vuelta y al cabo de unos minutos fueron apagadas todas las luces.
Hanbin se había trepado a su litera luego de una partida de damas con el mayor, ya se había quitado los pantalones y la chaqueta cuando Bobby decidió llamarlo.
─ Hanbin ¿Ya te vas a dormir? ─ Fue todo lo que dijo, no con un tono sugerente ni provocador, pero el menor sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Se sentó en el borde de la litera y se quitó la playera antes de deslizarse hacia abajo. Bobby estaba sentado sólo con calzoncillos esperándolo, sosteniendo una tira de condones en su mano derecha. Hanbin suspiró. ─ No me mires así, yo no soy el enemigo.
─ Tú eres mi guardián, Bobby... ─ acordó Hanbin, sentándose encima del mayor. Tenía que mantenerlo feliz ya que había pactado con Dios. A cambio de su vida, él lo mantendría a salvo en ese violento lugar.
El menor lo besó suavemente, sus labios a penas siendo presionados, dejando a Bobby con ganas.
─ No lo olvides, bin. ─ El mayor llevó su mano hasta su propia entrepierna, guiando la mirada del contrario. ─ Yo no soy tu Dios. ─ Tocó su pene. ─ Este es él. Y él sólo protege a aquellos que son fuertes, así que no te pongas sentimental... me enfurece. ─ tomó la nuca del menor retándolo con la mirada. ─ Y no vuelvas a besarme tan mal. ─ Hanbin suspiró antes de sacar la lengua de su boca imitando a su dueño. Bobby Tomó sus caderas y lo presionó contra su cuerpo haciéndolo gemir. ─ Pon algo de pasión en ese beso... La suficiente para que llegue a los Dioses.