19. «La ley de la manzana»

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Los chirridos de la cama acompañaban los gemidos y jadeos que iban paulatinamente en aumento. Bobby cada vez lo penetraba con más fuerza, al punto en que Hanbin no podía soportarlo.

─¡Ah...Ahh... Bobby! ─ Hanbin seguía jadeando mientras aguantaba su orgasmo con todas sus fuerzas con Bobby sobre él, entrando y entrando, cada vez más profundo.

─ Bin...  ─ Jadeó el mayor, sintiendo como Hanbin apretaba más fuerte. ─ ¿Dónde estábamos..? ─ Preguntó saliendo casi hasta el final para  darle una gran embestida.

Hanbin se retorció de placer antes de contestar.

─ Nos escaparemos en el camión de la basura. ─ Murmuró.

─Ah... Sí... ─ Bobby disminuyó la velocidad y le habló en voz baja. ─ El camión de la basura viene tres días. Lunes, miércoles y viernes... Nos esconderemos ahí.

─ Ah... Pero el guardia... ¡Lo revisará! ─ Era difícil hablar cuando Bobby seguía moviéndose dentro de él.

─Shh...baja la voz o nos oirán. ─ Ordenó sin dejar de moverse. ─ No te preocupes, ya tengo todo arreglado con un guardia que es amigo. ─ Tranquilizó, rozando sus labios.

─ Sí podemos salir de aquí ¿Entonces qué?... ─ Preguntó Hanbin.

─ Mis amigos de fuera nos estarán esperando en el basurero, luego nos conducirán hasta Canadá. ─ Explicó el mayor, volviendo a subir el ritmo. Los chirridos de la cama volvieron a escucharse.

─ ¿Y después de que estemos en Canadá? ─ El menor formuló con dificultad.

─ ¿Qué te gustaría hacer? ─ Consultó Bobby, separando las piernas del menor para volver a llegar hasta el fondo.

─ Vivir como ermitaños en las montañas, lejos de la civilización es buena idea.... ─ Contestó rindiéndose ante el placer que le otorgaba el mayor.

─ Quiero ir a Corea. ─ Confesó Bobby, agarrando sus caderas con fuerza mientras besaba su cuello. ─ falsifiquemos los pasaportes y vayámonos para Corea. Quiero ver tu país...

─ Bobby...Bobby  ─ Lo único que Hanbin podía hacer era jadear y gemir el nombre del mayor.

─ Ahh... Binnie...

El jefe de la prisión aumentó la velocidad y la profundidad con brutalidad, logrando que la cama sonara más fuerte que nunca. Hanbin trató de sujetarlo temblando,  porque Bobby estaba demasiado dentro y sentía que se partiría en dos.

─ Ahhh.... nng ─ Hanbin dejó de pensar en detenerlo cuando sintió que ya no podía más. El placer ya le había nublado la mente.

─ Ahh... Ahh Bin,  ¡Me corro! ─ Avisó el mayor dándole una última y fuerte estocada al más pequeño, vaciándose por completo dentro de él sin ningún impedimento.

Hanbin iba a gritar demasiado fuerte, así que agradeció que Bobby le cubriera la boca, evitando que los demás escucharan su tremendo orgasmo, que manchó todo su abdomen y el de su amante.

Los chirridos de la cama detuvieron mientras ellos intentaban recuperar el aliento. Bobby salió del menor bastante lento, haciendo que Hanbin gimiera en voz baja.

El mayor no se movió de encima de él, en vez de eso, comenzó a besar dulcemente su pecho.

─  Ah... ¿Será tan fácil como dices? ─ Preguntó Hanbin en un jadeo.

─ No es fácil. ─ Aseguró el mayor. ─ Seremos aplastados si quedamos atrapados dentro del camión de la basura. Es cuestión de suerte.

─ Ahora si estoy preocupado.... ─ Contestó Hanbin viendo los ojos del mayor tratando de restarle importancia.

under grand hotel || double bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora