under grand hotel || double b

17. «Futuro»

Hanbin era consciente de lo difícil que era estar con alguien como Bobby.

Sabía que habían momentos en los que se alejarían, y al día siguiente estarían besándose hasta que se les acabara el aire.

Pero en verdad le molestaba cuando Bobby se ponía así. Porque a veces él era lo más importante, y a veces era cualquier puta que se interponía en el trabajo.

─ ¡Hola! ¿Hay alguien? ─ Bobby besaba apasionadamente a Hanbin cuando escuchó una voz acercándose a su celda.

El menor llegó a parar al suelo cuando el mayor le sacó la lengua de la boca y lo empujó de sus brazos.

─ ¿Qué mierda te pasa? ¿¡Qué te pasa Bobby!? ─ Le reclamó mientras se paraba del suelo.

─ ¿Necesitas algo? ─ Bobby lo ignoró, dirigiéndose a Tablo.

─ Ahh... si están ocupados no hay problema. ─ Se disculpó el más viejo.

─ Hanbin, es tu amigo. ─ Avisó caminando hacia la cama. 

─ ¿Tablo? ─ Preguntó el menor sin saber qué cosa podría querer.

─ No de hecho... quería preguntarle algo al jefe.

Bobby paró de caminar y se giró a verle. El menor pudo ver como sus brillantes ojos azules se volvían calculadores de un segundo para otro.

─ Hanbin, vete.

El coreano obedeció, nunca se involucraría en los negocios de Bobby.

Caminó hasta un pasillo y se tomó la cabeza con ambas manos. Odiaba como estaban las cosas las últimas semanas.

Bobby se estaba comportando como el verdadero jefe de la mafia que era y eso lo estaba trastornando. ¿El mayor extrañaba su antigua vida? ¿Al fin se había hartado de estar con él? Hanbin no podía con la ansiedad.

Bobby no estaba en la prisión porque lo deseara, por supuesto estaba ahí por sus crímenes pero Bobby era diferente de Hanbin, que desea quedarse en underground hotel.

Pudrirse junto a Bobby en esa prisión.

Hanbin pensaba que tal vez el mayor quería volver al mundo exterior mucho más de lo que quería quedarse a pudrirse con alguien como él.

Y eso lo estaba matando.

∞

─ ¿Ya terminaste con tus conversaciones de negocios? ─ Preguntó el menor al entrar a la celda.

─ Sí, vamos a bañarnos. ─ Bobby contestó fríamente. Ya sin polera y con una toalla alrededor de los hombros.

Cuando pasó por el lado del menor, Hanbin lo detuvo.

─ Deja... de vender droga ─ le pidió. ─ Van a matarte.

─ ¿Te crees cura o qué? ─ Le escupió el mayor. ─ No me iré de este lugar por el resto de mi vida. Es muy tarde para que me digas eso ahora.

─ Pero Bobby...

─ Pero nada, yo no tengo oportunidad, a diferencia de ti. ─ le soltó.

─ ¿Qué quieres decir? ─ Hanbin no estaba entendiendo nada.

─ Cuando empieces a odiar este lugar y quieras irte, entonces podrás hablar todo lo que quieras, pero por ahora no me vengas con ese "van a matarte"

─ ¡No voy a decir algo como eso! ─ Saltó el menor ─ ¡Quiero estar a tu lado por siempre!

─ Al menos por ahora, no sé qué va a pasar en diez años. ─ declaró Bobby, menospreciando sus sentimientos.