Prólogo

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Ellos no llevaban banderas, solo eran terroristas, terroristas armados hasta el cuello y con un arsenal para acabar  con un país entero, y ese país era Alemania: ellos eran La Rguder.

A principios de 1929 comienza el atentado contra Alemania central dirigido por La Rguder, moviéndose hacia el este y oeste, mientras también se expande por el norte, dejando menos de la mitad del mismo junto con el sur a salvo de las llamas de la muerte.

Como estaba planeado, mueren millones de personas y derrocan más de la mitad del país, pero para sorpresa de todos, la guerra finaliza en ese preciso instante: La Rguder plantea la retirada con un buen sabor de boca y una barbacoa casi lista para la cena.

No hay tratado de paz, no hay acuerdo, solo se van. Se van luego de exterminar a la mitad del país. Desaparecen como si nunca hubiera pasado nada en absoluto.

Alemania permanece en silencio unos momentos, e incapaz de comprender qué había pasado, intenta resolver el peso que destrozó sus hombros, comenzando a enviar a los sobrevivientes al sur del país -a los furiosos y perdidos sobrevivientes que les exigen protección que no podían brindarles- a un lugar que los terroristas no habían tocado, donde estarían seguros, al menos mientras solucionaban las cosas.

Por otro lado, ellos querían creer que en su desliz y conmoción por proteger el país se habían olvidado de ellos, los habitantes de una ciudad que todos pasaron por alto, quienes quedaron a la deriva en el norte del país, sin nadie que de con ellos, pero que pronto se darían cuenta y los rescatarían.

En verdad querían convencerse de ello, de que los encontrarían, pero cuando se da por cumplido el segundo año, las esperanzas son trituradas por completo, y francamente, todos saben que es mejor así.

Entonces, ya han pasado dos años, y para contrariar cualquier pensamiento de una paz dada por el perdón de sus enemigos, un nuevo atentado se está dando; han pasado ya dos años, y a pesar de todo siguen queriendo derrocar Alemania; han pasado ya dos años, y ellos están a un paso de lograrlo; han pasado dos años, sí, pero, esta vez, Alemania -o lo que queda de ella- está preparada para hacer frente a quienes quieren tirarla abajo y poner una bandera de victoria en los cuerpos de cada uno de los encargados de dirigirla.

Esta vez, a diferencia de la primera, ellos van a triunfar, van a triunfar y luego olvidarán que alguna vez algo los manchó, que por una vez, estuvieron a punto de caer en el abismo.

Fecha de publicación: 17/05/2018.

ah, que bello se siente editar esto por fin.

La encrucijada y traicionera lid marginal - 1931Donde viven las historias. Descúbrelo ahora