Capítulo 20

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- ¡¿Qué?! No es justo... ¿en serio te tienes que ir?

- Sí, lo siento... mi abuela intentó hablar con mi madre, pero es una terca, tengo que ir. Lo siento, no sabes cuánto me hubiese gustado poder pasar esas dos semanas contigo.

- ¿Cuándo vas a volver?

- Creo que tres días antes de que empiecen las clases. 

Hoy le había contado que tendría que irme en las vacaciones de navidad a casa de mis tíos. Se le veía triste, pero no creo que el hecho de que me marchase fuese la única causa de su tristeza, de hecho hay veces, cuando él no se da cuenta de que le estoy mirando en que su mirada perdida se transforma y parece triste. Muchas veces me pregunto en qué estará pensando, que es lo que realmente le pasa.

- Pero estás enfermo... ¿y si te quedas en mi casa para que yo te cuide? tú hiciste eso conmigo una vez...

- Ya me gustaría a mí poder quedarme. - Una vez más parecía estar en su mundo, absorto en sus pensamientos. - Jack, ¿estás bien? Sabes que si te pasa algo me lo puedes contar ¿verdad? no me gusta verte tan triste y no poder hacer nada para que te sientas mejor. Soy tan inútil...

- No digas eso, sabes que no es verdad. Siento preocuparte, no es nada... Te vas el día que empiezan las vacaciones ¿verdad?

- Sí, el viaje es de cinco horas.

- Pues pasemos todo el tiempo que podamos juntos ¿vale? para compensar esas dos semanas en que estarás lejos...

- Vale... te voy a extrañar mucho aunque solo sean dos semanas ¿sabes?

- Yo no te dejaré solo, mi corazón siempre se quedará contigo, siempre estará donde tú estés. 

- Que mono eres... cambiado de tema... ¿planes para esta semana?

- Eso déjamelo a mí...

Los días pasaron más rápido de lo que me había esperado, todas las tardes Jack y yo quedábamos. Unas veces nos quedamos en casa viendo alguna película y otras nos fuimos a pasear juntos por el parque. Reconozco que no eran grandes planes, pero estábamos juntos y eso para nosotros era lo importante. Hoy era mi último día aquí, así que me pasé la mayor parte del día preparando algo de ropa que me llevaría. Por su parte Jack tenía una especie de "sorpresa" algo en forma de despedida, y el día se me hizo eterno hasta que llegó la tarde y él vino a buscarme. Quería saber cuál era esa sorpresa suya.

- Bien, ¿a dónde vamos?

- Es una sorpresa, lo sabrás cuando lleguemos. Pero te aviso que te tendrás que poner un bañador...

- WTF? ¿En qué diablos estás pensando Jack?

- Ah, por cierto, dile a tu abuela que a lo mejor llegamos un poco tarde... Bueno, ya se lo digo yo, le contaré lo que vamos a hacer y conociéndola no me dirá¡ que no.

Subí­ a mi habitación para cambiarme de ropa mientras Jack hablaba con mi abuela. Cuando bajé ambos tenían esa típica sonrisa cómplice.

- Que se lo pasen muy bien - dijo la abuela con una gran sonrisa, y luego se despidió de Jack, ya no se volverían a ver hasta que volviésemos.

Hice muchas preguntas, pero Jack no contestó a ninguna, seguía empeñado en que era una sorpresa y en que no me contaría nada. Yo me limité a seguir sus pasos y nos subimos en un autobús. Por el camino no hablamos nada, nos pusimos a escuchar música juntos, es una ventaja que a tu pareja le guste la misma música que a ti, sobre todo cuando se te acaba la batería del MP3. Jack no me soltó la mano en todo el camino, algunas veces ponía esa mirada triste y esa mueca de querer llorar, entonces sentía cómo me agarraba de la mano fuertemente, como si tuviese miedo de soltarla, y otras veces simplemente me acariciaba dulcemente.

Under a paper moon (Jalex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora