Acabo de terminar de limpiar lo que una gata mía hizo: Mató una paloma.
Las plumas por todas partes, hormigas buscando partes con sangre o carne para llevar y creo que lo que más asco me dió fue el cuerpo de la paloma. Su pecho abierto de par en par, descuartizado y también le faltaba la cabeza.
Mi gata blanca, parecía inocente, como si acabara de hacer algo muy común.
Por un momento me sentí la paloma, vos el gato, solo que en esta historia nadie limpió mis restos. Ni siquiera yo, al principio.
Vos parecías inocente, tranquilo y es que quién iba a pensar que alguien tan pequeño iba a tener tan malas intenciones.
Cuando me dijiste que te gustaba y que querías estar conmigo, yo pensaba que lo hiciste porque viste algo en mi; cuando en realidad, como todo pendejo, solo probaste suerte.
Yo, tan inocente al punto de hacer perder la cabeza a cualquiera, te creí y nunca me pregunté un por qué.
Caí, fácil e irremediablemente; como la primera vez, no preguntas y no piensas, simplemente lo haces.
Ahora viendo todo desde una perspectiva diferente, con menos sentimientos de por medio, todo es diferente y ya no te tengo más rencor. Me di cuenta de que eras muy chico, muy inmaduro, siempre tratando de encajar con los de tu edad, superficial y sin una personalidad definida. Siendo así, ¿cómo odiarte? ¿cómo culparte de haberme hecho tal daño si por ser tan superficial no te diste cuenta de lo que puedes ocasionar?
Yo pasé por eso, de la peor de las maneras, yo también destruí todo a mi paso.
Vos seguramente lo vas a sentir, en algún momento de tu vida. Quizás estés pasando por eso ahora, quizás no. Ese momento en el que estás tan abajo y todo es muy oscuro, ese momento en el que ya no tienes nada que perder, en el que ves una ilusión de salir a flote de la mano de alguien solo para que ese alguien te deje caer.
Me abriste el pecho, me dejaste sin corazón y sin cabeza para razonar.
Me dejaste muerta y sin nada.
Te lo llevaste todo y aún así estoy viva, mejorada y radiante.
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Luz De Luna
Novela JuvenilA veces las cosas no salen como las esperas. A veces, aunque no parezca, es mejor que la vida te de lo que necesitas y no lo que quieres. A veces la luna brilla. A veces la luna cambia. A veces la luna no está. Así como no estás vos. Así...