Capítulo 37

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Mi cuñado me dijo que su mamá le comentó que yo tenía un lindo cuerpo, que soy una linda chica.

Lo primero que pensé fue: ¿Y eso de qué me sirve?

Yo tiré mis comentarios sarcásticos de que estoy gorda y demas, entonces mi cuñado empezó con el monólogo de que no estoy gorda pero que no sabe quién me metió esa idea en la cabeza.

Le confesé que yo sola me metí esa idea en la cabeza.

Me contó que el chico de barrio muere por cogerme, porque me ve muy linda y le gusta mi cuerpo. Yo le contesté: ¿Y él está aquí ahora?

Mi hermana intervino para decir que un montón de chicos se perdieron de estar con alguien tan linda como yo, no solo físicamente sino por todo lo que soy y que ella cuando se imagina siendo grande piensa en ser como yo.

No me pude contener y los ojos se me llenaron de lágrimas, me hice la tonta y me puse a lavar los platos.

Me llena el alma escuchar que al menos alguien ve más allá de un par de tetas o mi culo, que después de tanto esfuerzo por ser mucho más que perfecta y tratar de siempre estar con ella, diga que quiere ser como yo... Me llena el alma las palabras de esa tontita que tanto amo.

Me hizo bien escucharlo, porque entre tanta desilusión uno llega a pensar que algo está mal en nuestro interior y que las cosas no funcionan porque jamás se es suficiente para los demás.

Algunas veces, como hoy, me gustaría tirar todo a la mierda y hacer lo que me haga feliz pero automáticamente pienso en que lo que a mi me hace feliz no siempre es lo que me hace bien.

Entonces ese simple pensamiento me hace regresar a la tierra y ya no puedo ignorarlo. Está ahí, para impedirme hacer las cosas mal, para ayudarme a progresar. Eso es lo que más necesito.

Luz De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora