-"¡Escuchen todos... tenemos que huir de aquí!"- grito desesperado.- "!Es imposible...
que podamos... ganar hoy!"
...De nada les sirvió huir....
En el Archipielago Shabondy, la banda pirata del capitán Monkey D. Luffy, los Mugiwara...
-Si todavía te duele tanto, no es necesario.- dijo al ver que me había quedado callado.
-No pasa nada.- susurre.- Te lo contare Nami.- sonreí tenuemente.
-Está bien.
-Como ya sabes, acabe en la isla de las mujeres, para ser más exactos en la de al lado.- asintió.- Y fueron muchas cosas antes de llegar hasta Ace...- poco a poco fui contándoselo todo.
Haciendo varias paradas porque a pesar de los dos años que habían pasado, era algo que todavía era incapaz de olvidar del todo. Lo ocurrido ese día todavía era una espina que tenía clavada en el pecho de manera indefinida.
Todo lo que paso hasta que llegue donde Ace se encontraba, como llegue frente a él, que estuvimos a poco de salir juntos de ese mal sueño... que acabo siendo una auténtica pesadilla.
Le conté cada detalle a Nami sin omitir nada.
Además de todo lo que sentía en esos momentos, cuando vi morir a mi hermano frente a mí, por protegerme. La impotencia al no poder salvarlo, y como después de eso todo fue borroso. Solo recordaba pequeños detalles, e incluso creí imaginar la voz de Shanks (que después supe que no fue mi imaginación).
Nami no me interrumpió en ningún punto del relato, y por su postura y sus expresiones podía asegurar que no fue algo fácil. Solo al final, cuando ya había acabado de hablar se levantó de un salto y se lanzó a abrazarme.
-Siento tanto... que tuvieras que pasar por todo eso tu solo.- susurro sin soltarme.- Lo siento.
-No tienes de que disculparte.- me aleje un poco e inmediatamente apoye la cabeza en su regazo.- Después de todo nos separamos por mi culpa.- cerré los ojos al sentir sus manos acariciar mi cabello.- Por que no era lo suficiente fuerte.
-No fue tu culpa.- dijo con seguridad y sin detener sus caricias.- Ninguno estábamos preparados para el nuevo mundo.
-Supongo...
-Creo que gracias a ese desastre pudimos prepararnos.- susurro.- Ahora somos más fuertes, y nadie podrá con los Mugiwara.- dijo riendo.
-Tienes razón.- sonreí.
-Aunque...- la mire de reojo y vi que se mordía el labio con rabia.- Me hubiese gustado estar allí para ayudarte.- añadió.- Y estoy segura de que todos piensan lo mismo.
-También me hubiese gustado... que estuvieses allí.- susurre más para mí que para ella.
Después de eso cerré los ojos y ninguno de los dos dijo nada más. Sentía la mano de Nami acariciándome el cabello, y podía escuchar que tarareaba una especie de canción. Y antes de abandonarme al sueño, me jure que siempre estaría para ella igual que ella lo estaba para mí. Y que la protegería de cualquier cosa, y a cualquier costo.
*** *** ***
Horas después me desperté sobresaltado y respirando agitadamente por una pesadilla. Hacía tiempo que no soñaba con Ase y con lo ocurrido hace dos años, pero al parecer contar lo ocurrido había traído todos los recuerdos a flote.
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