-¿Cómo que no te puedes levantar?-
-"¿Cómo que no te puedes levantar?"- imita a su amigo licántropo con tono burlón y enojado -Pues eso genio, no puedo separarme de la silla, ¿tanto te cuesta entender eso?- le termina de contestar Sirius Black, y es que no era para menos que estuviera molesto, sin poderse despegar de la silla y ahora con la cara en el suelo se encontraba sumamente molesto.
-Yo solo quiero ayudarte, a pesar de que no lo merezcas Sirius- responde igualmente molesto por el tono que uso su amigo.
-Pues si de verdad quieres hacer algo Lupin levántame y quítame de esta silla-
-¿Sabes? Creo que lo mejor será que no te ayude esta vez- comenta cruzándose de brazos.
-¿¡Qué!? ¿¡De qué demonios hablas!? Déjate de estúpidos juegos y ayúdame ahora Remus Lupin- ya se estaba hartando de la actitud de su amigo, ¿quién se creía para rechazar ayudarlo? Sin él, Lupin no era nadie.
-Sirius, estoy cansado de decirte que tienes que comportarte de acuerdo a tu edad... eso y que no puedes superar tus celos hacia Severus...-
-¡Ya te dije que no estoy celoso de ese imbécil hijo de...!-
-Tal vez ya es hora de que aprendas las consecuencias de tus actos- se da la vuelta y sale del salón.
-¡REMUS LUPIN VEN ACÁ!- grita enojado, pero su "amigo" no volvió -Bien, de acuerdo, lárgate, no te necesito, es más, nunca vuelvas a buscarme si necesitas ayuda ¿entendiste?- comenta enojado, esperando que el licántropo regresara en unos minutos implorando su perdón, pero no fue así, resopló furioso.
-Ya estarás feliz- comenta una voz detrás de él.
-Pro... directora Mcgonagall...-
-¿Sabes Sirius? Jamás me imaginé que llegara el día en el que me sintiera avergonzada de uno de mis estudiantes, más bien de uno de mis Gryffindor... a pesar de... lo que quisiste hacerle a Severus hace años en la casa de los gritos... eso... jamás te lo perdoné y no estuve de acuerdo en la "solución" que dio Albus... pero ahora... ya no sé qué decir...
-Yo no hice nada malo- responde un poco molesto -él siempre busca hacerse la víctima en todo-
Minerva a su respuesta suelta una risa burlona.
-Según tú siempre Severus es el culpable, Remus tiene razón, ya es hora de que aprendas las consecuencias, porque por si aún no te das cuenta, todos estamos a su favor, incluyendo Harry-
-¡Claro que no! ¡Harry jamás estará junto a ese idiota! ¡Él me prefiere!-
-Entonces ¿por qué no está junto a ti, ayudándote?-
-Harry me prefiere- lo dice menos convencido.
-Ya deja el pasado en donde pertenece, y cuando puedas liberarte, te recomiendo que te vayas-
Y lo dejó. Fue entonces cuando el animago se dio cuenta que era cierto, lo habían dejado solo, y todo por culpa de ese mortífago, pero esto no se iba a quedar así, pronto ellos verían su error.
-¿Sirius, estás aquí?-
-¿Ron, eres tú?-
-o-
Un grito hizo subir a los Gryffindors y a los Slytherins a la habitación de Severus; al llegar, lo encontraron bastante agitado, gritando de dolor, Hermione fue la primera en reaccionar e ir en dirección a Severus para ver qué le ocurría, inmediatamente los demás también fueron en su ayuda.
-Severus ¿qué te duele?- sabía que sonaba tonto, pero en ese momento no podía pensar con claridad.
Severus obviamente no respondió a la pregunta tan tonta de su amigo, solo le mandó una mirada seria, o lo más seria que pudo en ese momento.
-Llamen a los medimagos- dice Hermione mientras saca su varita y lanza algunos de los hechizos que conoce para tratar de averiguar qué le ocurría.
Lucius, con una ligera cara de molestia hizo lo que la sangre suc... lo que Granger le pidió y se fue rápidamente.
-¿Y si le damos una poción calmante?- sugirió Harry, deteniéndole los brazos.
-No es buena idea, con la poción que le dio ese imbécil no sabemos qué podría causarle ahora- responde Draco molesto por la estupidez del "gran salvador del mundo mágico".
-¿Ahora eres medimago?- responde con el mismo tono.
-¡Dejen de pelear ahora!- Hermione les grita y ambos chicos bajan la mirada. En lo que Ginny sonríe levemente, sí, Hermione y Severus son tal para cual.
De repente entran varios magos y de la mala manera les piden salir a los que se encontraban ahí.
-Tengo los ingredientes que le dieron este... problema a Severus- les comenta Hermione, esperando poder quedarse y ayudar a Severus.
Dos de los cuatro medimagos que estaban atendiendo y tranquilizando a Severus la miraron sorprendidos, así que no queriendo perder más tiempo, los Gryffindors obedecen y siguen a los Malfoy fuera de la habitación con un poco de disgusto al no poder ayudar más.
-¿Cuáles fueron los ingredientes de la poción?- pregunta un medimago sacando un pergamino y una pluma, que automáticamente se pondría a escribir todo lo que diría la castaña.
Rápidamente dijo todos los ingredientes que vio en el recuerdo de Sirius, mientras Severus, siendo poco consciente de lo que decía la castaña se enojaba por la combinación tan estúpida que había hecho Black, sin embargo, le sorprendió no haber sufrido algo peor y es que no era un secreto que ese perro sucio no sabía nada de pociones, por lo que pensó que el veneno de Nagini tuvo algo que ver y tal vez las lágrimas de Fawkes.
-Bien, James, ve a San Mungo y avisa que llevaremos a este joven y que necesita atención urgentemente-
El medimago con ese horrible nombre se fue inmediatamente y los demás tranquilizaron, con hechizos, a Severus. Una vez más calmado el medimago, que creía Hermione era "el jefe" le pregunta al joven.
-¿Tomaste alcohol estos días?- parecía haber un tono acusativo en su voz, porque sabía de antemano que así era, pero quería confirmarlo.
-Sí... tomé... whiskey de... fuego...- responde un poco adormilado por los hechizos.
-¿No eres muy joven para eso?- pregunta otro medimago sorprendido.
-Creí... que ustedes sabían... lo básico de p... pociones... deberías de... saber lo que... esos ingre... dientes provocan en...-
-No es tan joven como crees- responde el primer medimago.
-Él es... Severus Snape-
-¡¿Qué?!-
En los rostros de los medimagos se podían ver varios sentimientos encontrados, desde sorpresa y admiración hasta un poco de resentimiento, y esta última mueca molestó a la castaña.
-¿Tienen algún problema con ello?- pregunta Hermione fastidiada de este tipo de actitudes.
-No, no, claro que no... es más, es un gusto ayudar a un héroe de guerra- contesta uno de los que miraron con admiración al chico.
Hermione solo quería escuchar de ese medimago que miró de mala manera a Severus que no habría problema, pero al parecer prefería ser un poco profesional y guardarse sus opiniones.
De repente un patronus con alguna forma de ave dio el mensaje de que Severus ya podía ser trasladado a San Mungo, para segundos después, desaparecer.
Y así, todos fueron hacia allá.
Muchas gracias por seguir esta historia.
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Nueva vida
RomancePor fin la guerra terminó, Severus se reponía de la mordedura de Nagini cuando a Sirirus se le ocurre hacerle una broma, pero las cosas no le salen como quiere.