-Bien, estos son los planes -informó Poncho mientras entraba en el auto y lo encendía- pasaremos por mi oficina a dejar unos papeles, luego pasaremos por Ana Paula al colegio, iremos a almorzar y ahí le daremos la noticia. En la tarde la camioneta de la empresa buscará tus cosas, tendremos que dejarle la llaves a Chris, ellos se encargan.
Anahí tragó con dificultad.
-Quisiera yo buscar mis cosas.
-No, Anahí. Querrás ayudar y no quiero que alces nada pesado.
-Estoy bien, puedo hacerlo. De todos modos fui yo quién movió las cajas a la sala de estar.
Poncho apretó los puños en el volante y Anahí se arrepintió de lo que dijo.
-¿No que lo haría Maite?
-Uhm, ella me ayudó. Estaba cansada, tuvo guardia toda la noche.
-Pues debiste llamarme cariño, no quiero que hagas ningún esfuerzo.
-¿Ni bailar? -rodó los ojos.
-No, estoy seguro que cuando Ana Paula se entere no le importará estar unos meses sin sus clases.
-A ver, a ver.. Agradezco todo lo que haces por mi Poncho, de verdad, pero no soy ninguna débil. Puedo empañarmelas.
-¿Para que empañartelas si me tienes a.. mi? -se señaló todo el cuerpo con aire arrogante que a Anahí le provocó una risita.
-¿Ahora actuarás como un marido superheroe?
Poncho borró su sonrisa y Anahí supo que no debió haberlo dicho. Estaba siento muy estúpida estos días.
-No lo actúo, de verdad quiero serlo. -enfatizó el quiero.
No estaba segura si quería ser el marido, el superheroe o las dos cosas, así que solo asintió y jugó con el sobre de la ecografría en sus manos.
20 minutos después entraban en H&U Advertising tomados de la mano, Anahí había querido quedarse en el auto pero él quiso que bajara y conociera su empresa. Ahora un montón de miradas curiosas la repasaban de arriba a abajo y a sus manos entrelazadas.
-Natalia.. -saludó amablemente a su secretaria.
-Hola Poncho -saludó de vuelta con una sonrisa que desapareció en cuanto vio a Anahí- el señor Manrique llamó y q..
-Naty, pasale esa información a Chris. Hoy me tomé el día libre, solo vengo a dejarle un informe.
-¡Oh!
Se enderezó en su asiento y Anahí la detalló: era rubia, alta, delgada y con una pequeñísima cintura. Vestía con una blusa blanca de seda con dos botones sueltos que dejaban ver su escote con unos grandes pechos, una falda pitillo un poco más arriba de las rodillas y unas gafas que la hacía ver muy sexy. La mujer alzó la ceja y la veía de arriba a abajo con curiosidad. Anahí frunció el ceño, reconoció con enojo que era hermosa.
-Mi mujer -la presentó- Anahí, ella es Natalia, mi secretaria.
-Hola. -dijeron a la vez.
Poncho la haló en dirección a su oficina y cerró la puerta tras ellos.
-Dame un segundo -se acercó a su escritorio y comenzó a revolver papeles en busca de algo.
Anahí reparó en la oficina: moderna, elegante y extrañamente acogedora. Y eso último quizá se debía a las plantas que adornaban las esquinas, la fotografía familiar de él y Ana Paula sobre su escritorio y un cuadro de corcho en la pared izquierda donde se apreciaban varios dibujos infantiles.
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La Profe de Baile (terminada)
Fiksi Penggemar«Prohibido mantener relaciones con los padres de tus alumnas» La regla era muy clara y aparentemente fácil de acatar. Al menos, hasta el momento en el que Alfonso Herrera llega para recoger a su hija a la academia en la que Anahí imparte sus clases...