Jodie.... [I]

#1

- ¡Hey! Nerd-. Me saludaste con tu aire de chica mala.

- ¿Que quieres Jodie?-. Cerré mi casillero y te mire.

- ¿Ya no se te puede hablar?-. Respondiste con otra pregunta y una sonrisa. Tu lo sabes, sabes que no me gustan las respuestas en preguntas.

- No me gusta que me respondan con una pregunta Jodie, lo sabes-. Rodé los ojos y pase a tu lado para ir a mi clase, tomaste mi brazo y me pusiste de espaldas a los casilleros.

- No me seas insolente Olive. Yo que tu no lo haría en tu caso-. Me guiñaste un ojo y volví a rodar los ojos. En verdad que no te soportaba.

- Deja que me vaya Jodie-. No me gusta que me tengas así enfrente de todos, lo sabías, y por eso lo hacías. Te gusta molestarme.

- ¿Y si no quiero?-. Diste una media sonrisa. Admito que coordina muy bien con tu apariencia de chica mala; cabello suelto -rapado al lado izquierdo- medio despeinado y todo cayendo por tu hombro derecho, bastante largo a decir verdad -de un hermoso color negro bien cuidado-, tus ojos grises y brillantes podían intimidar hasta el más duro de la clase, tu ropas oscuras te hacían parecer una chica problemática -siempre usando cadenas y dijes de calaveras en tus collares-, tu perfecta dentadura blanca que poco más y brillaba, tu cuerpo que atraía a los hombres como las flores atraían a las abejas, tu personalidad desafiante, segura, intimidante y directa, también tenías los dos antebrazos tatuados sin dejar ni un poco de tu piel descubierta. Todo lo que eras, junto a esa media sonrisa podía derribar a cualquiera, incluyendome.

- Van a comenzar las clases Jodie-. Gire mi cabeza a mi derecha, no quería ver tu sonrisa, era algo que me atraía de ti en cierta forma.

- Sólo porque eres tu. Que si no, me divertiria mucho contigo. Se que te gustan las clases Olive, y también estudiar, está vez la dejaré pasar sólo por el hecho de que eres mi ovejita preferida del rebaño-. Susurraste en mi oído y te fuiste.

El resto del día no te vi más, fue un alivio para mi, no soportaba verte. Me eras jodidamente atractiva y me molestaba mucho. Eres tan imponente y grosera con los demás, tanto que muchas veces me preguntó porque me elegiste a mi para tu punto de preferencia. Quería que terminarás con todo esto, ya no soportaba ver tu jodida sonrisa torturando mi mente toda la noche. Quizás sólo sea hasta que te gradues y elijamos carreras distintas, pero algo me dice que me seguiras persiguiendo o que estarás vigilandome.
De cierta forma te tengo miedo, y de alguna otra forma me tienes en la palma de tu mano comiendo como perro enamorado de su dueño.

Una parte de mi te odia, y otra te reclama. Me confundes y me molesta eso. Cada vez es más confuso este sentimiento. Y tu, sólo haces su empeore. Eres la piedra que no queria, pero sin embargo que ahí está, y es jodidamente molesta.