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Hoy sólo me miraste indiferente y seguiste tu camino, hoy era mi día de suerte. Era uno de esos pocos días que me dejabas en paz.

Entre a mi clase y pasó el día como cualquier día de una chica normal.
Al terminar mis clases tome mis cosas y salí de camino a mi casa.

Todos ya sabían tu "pequeño secreto". Si, ya sabíamos que ibas a mitad de camino sin elegir a ningún bando. Por esa razón, no te dio ninguna vergüenza estar en la entrada de la escuela apoyada en tu moto honda 250 deportiva negra, con tus manos sujetando la cintura de una chica rubia y besandola como si no te importaran los demás, ella sólo tenía sus manos apoyadas en tus hombros. De alguna manera verte así me molesto, y sentí que me quemaban las manos, también sentí que me consumían las ganas de golpear a esa rubia. No se porque, pero es la primera vez que lo siento, se me hace extraño y muy, muy molesto.
Cada vez me molestas más y más, tu ni te das cuenta de eso.

Camine con los puños cerrados a mi casa y me tiré a el sillón de la sala a escuchar música y hacer la tarea. Una parte de mi quería llorar, la otra sólo quería golpearte hasta cansarme. Una parte de mi quería llamarte y preguntarte que hacías, la otra sólo queria mandarte al carajo. Una parte de mi te odiaba cada vez más, mientras que la otra parte se rompía de a poco.

De un momento a otro la imagen de ti y la rubia besándose paso por mi cabeza, y una lágrima cayó de mi ojo sin permiso alguno. Decidí dejar mi tarea para más tarde, y me desplome en mi cama para dormirme un rato. Te odiaba profundamente, pero me rompias cada vez más.

¿Que me estas haciendo Jodie?...

Jodie.... [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora