Capítulo 6

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William P.D.V:

Después de checar en los calabozos, decidí volver a casa ya que era tarde. Caminé a mi cuarto, quité el seguro y abrí la puerta. Vi alrededor y todo estaba en el suelo. Busqué a Alex con la mirada. Ella estaba desparramada en la cama y no había espacio para mi. Así que la cargué y la acosté en la esquina izquierda. Luego la tapé con la sabana, me subí al lado derecho y acomodé el brazo en su cintura. Ella se pegó más, algo raro en ella. Es que no es ella ¿a qué te refieres? a que su loba tomó el control sí, claro ya verás sí, sí

Desperté y ahí estaba Alex dormida. Me acordé de lo que dijo mi lobo. Pero a pesar de eso, no podía dejar de pensar que es una muchacha hermosa. Y, en realidad, es la única que me saca de quicio. Aunque soy el Alfa, no la intimido. Ella es diferente y eso me gusta.

Abrió sus ojos y, de hecho, los tenía más oscuros. Me sonrió y yo le sonreí de vuelta, sabiendo que era la loba de Alex. Se levantó y, acto seguido, se sentó a horcadas de mí y me besó. Sus labios eran suaves, pero ágiles. Movimos los labios un rato y la paré en medio del beso. Ella colocó sus brazos alrededor de mi cuello como si supiera exactamente que hacer, para que no me separe. Aún así, logré separarme.

-¿Estás bien?-

-Si, ¿por qué no?-

-¿En dónde está Alex?-le dije de manera suave pero exigente

-¿De qué hablas?- Dijo inocentemente

-Sé que eres su loba-dije serio

-Sí. Ya pues, soy su loba. Pero es que Alex no te besaba, y tenía que hacer algo al respecto-dijo quejándose y haciendo un puchero

-Sólo déjala tomar el control- le dije

-Está bien-dijo rodando los ojos

Pasaron unos instantes

-¿Gracias?- Hubo un momento de silencio- Oye, ¿por qué me preferiste a mí?, y ¿por qué me besaste? Espera... ¡¿por qué me encerraste?!- dijo bajándose de mí

-Te encerré por si escapabas. Las otras preguntas te las resuelvo luego- Dije evadiendo el tema

-¿Qué te hace pensar que iba a escapar?-preguntó

-Tú lo dijiste- contesté en tono obvio

-¿Y quién te dijo que no cambie de opinión?-dijo, y aquí vamos otra vez

-Los libros en el suelo-

-Eh... estaba leyendo-

-Claro, ¿cómo lees tantos libros en tan poco tiempo?- Pregunté retándola

- Ya no importa, aparte- se la dejaré pasar sólo esta vez- son como las 6 a.m., así que tengo tiempo para esto

Alex agarró su celular y se veía entretenida. Era como si estuviera chateando con alguien más. Sonrió, luego apagó su teléfono y fue al baño. Después de 10 segundos, empezaron a llegar muchas notificaciones. Me causó curiosidad, así que desbloquee el celular y vi de quien eran los mensajes. Eran de ese tal Owen, él que me presentó Alex.

'xq no respondes?''Ojalá estuvieras aquí' 't he dicho cuanto me gusta tu cuerpo desnudo bajo las sabanas?' 'Ayer lo hice con alguien, pero no era tan buena como tú'

Mi vista flaqueaba, mi lobo quería tomar el control. Estaba más enojado que nada en la vida. Acaso éste ha... ha... ni siquiera lo quiero pensar. Quiero ir al  apartamento de ese idiota y matarlo. Traté de calmarme, pero solo logré tomar el control. Seguía lleno de rabia. Justo en ese momento, Alexandra salió del baño.

Alex Pdv:

Terminé de hacer mis cosas y salí del baño. Cerré la puerta y me voltee, donde vi a William. Parecía apunto de explotar, ¡no exagero! ¿Qué lo hizo...?¿ese es mi teléfono? ¿El que está en su mano? Espera... ¡estaba hablando con Owen! Se dió cuenta que había salido. Oh, no... Levantó su fuerte brazo...¡concéntrate, Alex! Levantó su brazo y lanzó mi celular y... se rompió.

-¡Oye!- Grité y William se volteo a mi dirección

Oh, Diosa de la Luna, protégeme. William parecía tan enojado, oops. Parece que va a matar a alguien. Abrí los ojos como platos cuando vi que se paró y caminó hacia mi. Fui retrocediendo hasta quedar acorralada en la pared. Él se pegó aún más a mí hasta que no quedaba ni un milímetro entre nuestros cuerpos y me apretó más a la pared. Yo me sentía apachurrada. Después se acercó a mi oído y susurró.

- Que esto quede claro, ¡tú eres mía! Sólo mía- Se separó un poco pero aún seguía demasiado cerca.

-¿A sí?- reté

-Sí-

-Demuéstralo-

En cuanto vi su sonrisa, me arrepentí. Él se acercó otra vez a mí y, de nuevo, ¡Hola, pared! Me tomó de la barbilla y unió nuestros labios, un poco brusco. Los empezó a mover con fuerza, no tanto como para lastimarme. Sentí su brazo posarse en mi cadera obligándome a acercarme más. Yo coloqué mis brazos en cu cuello, ya que no encontraba donde ponerlos. Sentí que él me acariciaba la cintura y mordía mi labio. Después paró, dejándome con ganas de más. Se acercó a mi oído y sentí su cálido aliento, el cual me causó un escalofrió.

-Espero que haya quedado claro- me susurró 

Cuando terminó de decir esto, salió. Pero había algo diferente. Caminé hacia la puerta y giré la perilla. Había algo diferente... estaba abierta.

Nota:

 ahí tienen su cap, aquí lo digo así, porque piki siempre corrige el titulo( que perfeccionista)



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