Epílogo

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Sentía las caricias de William por toda mi espalda

-Oye William

-¿Si, bolita?

-William, ya te eh dicho que no me digas así- dije haciendo un puchero

-¿Por que no? mira, tienes una bolita ahí- dijo señalando mi barriguita y yo sonreí

-Bueno, bueno, ¿Me podrías pasar a Alex? por favor- pregunté

William gruñó cuando le mencione a Alex y yo sonreí. William se separó de mi y se levanto. Fue al cajón donde se encontraba alex, y lo sacó. Pero mientras regresaba mi bebé se le cayó

-¡¿Qué te pasa?!- le grité

-Alex, tranquila- dijo mientras se agachaba a recojerlo

-¿Como que tranquila? Dile eso a tu progenitora!- comencé a renegar

-Ummm.... Alex- dijo con los ojos muy abiertos

-No, Alex nada! Tú- dije señalándolo- me lo vas a dar, y le pedirás disculpas

-Alex, se te rompió la...- parecía dudar de algo

-Se me rompió la que?!- le dije para que continuara aún molesta

-... se te rompió la...- hablaba raro y después me apuntó abajo del estomago

-Oh mierda!- Abrí los ojos como platos- se me rompió la fuente!

-Oh no, oh no- William se empanicó mas mientras me levantaba de la cama, tomando me de la espalda y de debajo de las piernas.

-No, esperate, Alex!

-Va a estar bien, hay que irnos- insistió mientras se dirigía fuera de la habitación

-Noooo, okey, ya lo superé- dije simple

William refunfuñó mientras me sacaba de nuestro cuarto. No sabía que era más irritante, si las contracciones o el parloteo de mi dichoso mate. 'Alex, respira' 'Alex, todo con calma' 'Alex, no te estreses'

Seguimos caminando y en un santiamén ya estábamos en el auto, él me abrió la puerta del copiloto y me iba a colocar ahí

-NO!  se va a manchar- grité

-¿Y que tiene?- dijo exasperado

-Pues...- hice la voz de una niña chiquita- es una lambo... y... que se va a manchar...- sonreí inocentemente 

-Agh, okey- dijo- ¡¿te sentirías mejor si voy por una bolsa?!

En eso siento una contracción un poquito mas fuerte que las anteriores y gimo

-Okey, okey- dijo con mas pánico por increíble que parezca. Luego regresó a la parte de atrás de la mansión, entró a un cuarto pequeño y saco una abolsa de plástico. Va corriendo otra vez al auto, abre la puerta del copiloto, y me colocó delicadamente ahí sobre la bolsa. Él rápidamente va a su asiento, cierra la puerta y arranca.

-William! Nos vamos a matar!- grité ya que casi chocaba

-¡Lo siento!- gritó, pero seguíamos a la velocidad de la luz

-Mierda Wiliam! si quieres que lleguemos vivos, tienes que ir mas despacio- agarre una de sus manos y la puse en mi vientre, mientras la acariciaba- tranquilo, todo estará bien, ¿Sí?

-Sí- dijo después de que redujo la velocidad- gracias

-Cuando quieras amor- le di un beso en la mano y me llegó otra contracción, como siempre, más fuerte que la anterior. Gimo y le aprieto la mano

Cuestionando al Alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora