El reloj marcaba ya las 23:01 y me encontraba malgastando mi noche libre en una sala de fiestas excesivamente elegante rodeado de personas que conocía pero no toleraba. Llevaba casi dos horas en el mismo lugar con mi traje de Louis Vuitton y una copa de champán medio vacía en la mano. No quería saludar a nadie y mucho menos que alguien viniera a hablarme. Se suponía que celebrábamos el cumpleaños de un productor importante, que de magnífico y venerable solo tenía su cuenta bancaria. Solo otra excusa para emborracharse con bebidas más caras de las que podrías comprar un sábado noche cualquiera y de paso buscar gente pudiente que te patrocinara en un futuro. Habían arrastrado a las peores sabandijas hasta aquí, aquellos que de diario llevarían los ojos pintados de negro y medio bote de sangre falsa por encima ahora parecían peces de colores nadando en trajes de chaqueta dos tallas por encima de la que necesitaban.
–Ah...qué aburrido es esto Gaku-nii.–
Y luego estaba él. Miyavi había llegado enfundado en un traje completamente rosa y golpeando el suelo de mármol con sus zapatos de baile pasados de moda. Llevaba toda la noche dando vueltas por el salón, llenando su boca de canapés y quejándose de vez en cuando. Y yo lo había estado observando.
–¿Por qué no te vas entonces?–di un sorbo
–Espero a ver si se monta alguna pelea cuando estén todos borrachos.–se apoyó en mi hombro
–No creo.–y le dejé
–Oh, ¿ahora la escoria se junta?–una voz que reconocería en cualquier lugar
Gisho, bajista de Penicillin. Uno de los mayores deshechos humanos que podrías echarte a la cara, y probablemente el único músico aparte de mí que llevaba un traje ejecutivo hecho a medida. Raya diplomática, cuello italiano, medio Windsor...un imbécil perfectamente vestido.
–¿Mm?–Miyavi se apartó de mí–Hola Gi-chan.–
–No me llames eso.–
–¿Hakucchi no ha venido?–mi "acompañante" miró a los lados de forma dramática
–Está ocupado.–
–¿Comprándote una pomada para las hemorroides?–
–...–Gisho, al igual que yo hubiera hecho antiguamente, decidió ignorar a Miyavi por completo y se dirigió a mí en su lugar–Malice Mizer está aquí.–
–Mm.–me hice el duro, pero mi estómago había dado un vuelco, lo que me obligó a dejar mi copa sobre la mesa
Sabía que tenían un nuevo vocalista, pero no había vuelto a ver a ninguno de ellos desde que nos separamos, y la sola idea de encontrarme con Mana ahora hacía que mis piernas flaquearan.
–Será mejor que huyas antes de que te vean, aunque bueno, eso se te da bien, ¿no?–
–Qué tienes que decir tú de mí, Gisho.–di un paso al frente, no iba a dejarme aplastar por aquel presuntuoso–Dímelo a la cara.–
–Nadie en esta industria siente simpatía por ti, ¿lo sabías? Eres una vergüenza para todos nosotros.–sonrió–El niño de campo que huyó de su isla buscando ser músico, y que no aguantó trabajar como un hombre.–nos quedamos frente a frente–Estás perdiendo popularidad. ¿Cuál es tu plan ahora, Gackt? ¿Huir a refugiarte entre las piernas de Hyde?–su voz sonaba realmente amenazante–O él tampoco quiere saber nada de ti ahora...–
Apreté los puños y contuve mis ganas de darle un puñetazo.
Pero Miyavi no lo hizo.
–¡Ah!–si Gisho no superara el uno ochenta de altura aquel golpe lo hubiera derribado
ESTÁS LEYENDO
Major content alert
FanfictionLa "escena visual kei", tan popular en Japón a finales del siglo XX: conformada por presencias sombrías y tenebrosas, pero a la vez etéreas, casi celestiales... Un mundo que rozaba lo irreal a ojos de los fans, pero con una dolorosa realidad para to...