Capítulo 15

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Gisho quiso arreglar nuestras diferencias con los puños, pero no se lo permití. Bloqueé el primer golpe y salí de la sala, cancelando el ensayo de aquel día. No tenía otros planes, así que di un paseo por las calles, las tiendas...

Me compré un pastel que no iba a llenar el vacío de mi estómago, y aunque sabía que había tomado la decisión correcta, me sentí al borde del llanto nada más cruzar la puerta de casa.

No podía simplemente borrar aquellos sentimientos, por muy maduro que intentara ser. Llevaba años enamorado de Gisho, y el hecho de que todo hubiera acabado de esta forma dolía. Aunque fuera un imbécil. Aunque no me mereciera. Dolía.

Así que me consentí. Me dejé llorar como nunca lo había hecho, y cuando terminé...vi el mundo más claro. Seguía queriendo a Gisho, pero tenía que quererme más aún a mí. Por muy fuertes que sean tus sentimientos por una persona, hay líneas que no se cruzan, y yo llevaba todo este tiempo en la cuerda floja. Era hora de pasar página y comenzar otra parte de mi vida.

Todo acabaría mereciendo la pena.

**

Una nueva fiesta por compromiso, aunque esta vez algo menos elegante. Después de un gran festival siempre hay una celebración igual desmesurada a la que asisten todas las bandas participantes y los empresarios involucrados, además de algunos fans con suerte -o conexiones- y otros tantos invitados especiales. En esta ocasión habían alquilado un enorme club no muy lejos del lugar en el que se había celebrado el concierto, y yo me quedé sentado en uno de los sofás, esperando a que Miyavi apareciera entre las luces de neón.

–Hey.–por supuesto no tardó en acercarse–¿No bailas conmigo hoy?–

–No estoy suficientemente drogado esta vez.–

–Traigo la pipa si quieres.–

Lo agarré de la muñeca para que se sentara a mi lado.

–Anda quédate aquí.–

–Sí señor.–pasó una de sus piernas sobre las mías, quedando semirecostado en el sofá–Esto está muerto, solo están haciendo el ridículo y me aburro.–

–En media hora nos vamos.–puse mi mano en su muslo, dándome cuenta al instante de que tanto el gesto como la frase habían sido estúpidamente similares a los de una pareja

Y entonces lo vi, al otro lado de la sala.

Hyde.

Quería hablar con él, quería preguntarle por qué pasaba de mí, qué había ocurrido, por qué no contestaba mis mensajes... ¿Qué había sido de "nuestra relación"? ¿Por qué estábamos en la misma fiesta y ni siquiera nos habíamos acercado el uno al otro aún?

Lo cierto era que no había vuelto a pensar mucho en todo este asunto desde que había empezado a "salir" con mi colorido acompañante pero...verlo ahí, en persona...

–¿Mm?–aparté la pierna de Miyavi

–Voy a ir a hablar con Hyde un momento.–

–Ve.–

Me acerqué hasta ellos y posé mi mano sobre el hombro de Hyde para que me mirara:

–Hey.–

–¿Mm?–

Me encontré con una mirada vacía, que ni siquiera parecía reconocerme. Barba de tres días, sin maquillar, los botones de la camisa mal abrochados...

–¿Haido?–y por supuesto me preocupé

–Ah...hola...–

–¿Estás bien? No tienes buena cara.–

Major content alertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora