Capítulo 4.- ¿Regreso a casa?

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El felino abandonado despertó a causa del fuerte golpe de la puerta, el pelinaranja salió corriendo del departamento en dirección a su escuela de artes sin siquiera ver al gatito enrollado en si mismo hecho ovillo, indefenso y hambriento.

Jimin no miró hacia atrás avanzando a toda velocidad, sus pasos eran grandes a medida que caminaba. Esto provocó que el minino sienta un poco de aire producto del movimiento giratorio por parte del pelinaranja, llevaba un gran suéter negro que le llegaban a las rodillas que por inercia, este al moverse provocaba un leve viento.

Ahora el felino en su estado puro, tenía hambre, la noche anterior se quedó sin cenar su alimento y ahora lo sufría con sus tripas sonando. Todo por culpa de la ex-novia de su dueño que lo único que hizo fue causar problemas teniendo que forzar al minino a transformarse solamente por celos.

El felino se sintió extraño al tener ese sentimiento, se sentía excluido al no tener atención de Jimin, y es que no debió de sentirse de esa manera pues su antiguo amo le trataba peor, de hecho ya debería estar acostumbrado, sin embargo, los esfuerzos hechos por el pelinaranja en ese mes removieron lentamente algo dentro del minino. Sentimientos fraternales que le hacían sentir protegido, aún así no pudo dejar que Jimin lo tocase, el felino tenía fobia al contacto humano.

Luego de un rato en que el pelinaranja se retiró del edificio, el gatito decidió explorar su alrededor, podría ser mitad humano pero su instinto curioso era mas fuerte que su voluntad por lo que decidió recorrer los pasillos del edificio en busca de un poco de comida, su pansita pedía comida urgentemente.

Realmente tenia miedo de caminar con confianza, su amo le había dicho que no permitían tener animales dentro y por lo mismo le llevaría a un centro de adopción después de pasar una temporada con él, el minino admitió que al escuchar esas palabras odió a su amo, pero no tenia otra salida ya que él sabía que tenía el derecho de tirarle a la calle, su mala actitud tenía consecuencias.

Con temor de que una persona le espante como anteriores ocasiones que hasta agua le tiraban sólo por revisar restos en las tiendas de comida, caminó un poco por el largo y estrecho pasillo azulado, giraba su cabeza por todas partes y se asustaba por los ruidos de las puertas, tenia que ser precavido con las personas que merodeaban por ahí.

Cuando presentía que alguien se encontraba no muy lejos de él, corría agitadamente retrocediendo a su recorrido y se encondía detrás de otra pared quedándose pegado, verificando que el peligro pase.

El felino desesperado en su búsqueda intentó registrar una bolsa tirada y escondida en un rincón, vacía en su interior solamente llena de aire que a lo lejos, engañaba por parecer que tenía algo dentro.

El felino se distrajo registrando metiendo toda su cabeza en aquella bolsa de papel café, por lo que su distracción le llevó a una terrible consecuencia pues le descubrieron.

Un sujeto joven que aparentaba aproximadamente unos 23 años de edad, cabello negro desaliñado, labios finos, ojos rasgados pequeños de complexión delgada, bajo de estatura y piel clara. Un total desconocido para el felino, le gritó sonoramente haciendo que el minino brinque del susto con la cola esponjada.

-¡HEY! Tu no puedes estar aquí-. Maliciosamente azotó sus pies contra el suelo, las suelas de sus botas negras hacían un ruido muy molesto que hicieron ahuyentar al minino directo a la calle.

Corrió y corrió, escuchó voces por detrás suyo que le invitaban de una pésima manera a salir del edificio.

No tardó en encontrarse sentado detrás de un bote de basura en un callejón cerca del lugar, su respiración era entrecortada y sus ojos azules brillantes muy hermosos que destacaban por su dulce mirada aún teniendo ese fuerte carácter, se encontraban oscuros y dilatados debido a la adrenalina.

Un trueno se hizo presente pasada la luz mañanera, donde su amo ya debería estar regresando de su escuela.

Una gota...dos gotas...tres gotas, caían una tras otra sucesivamente dando indicios de que no parará en el resto de la tarde.

El felino asustado por el clima no hizo más que esconderse pero de nada sirvió, por más que se cubría el lugar no tenia techo y tampoco habían cajas donde esconderse de la lluvia.

Sin esperanza de salir corriendo con miedo a que un auto lo arrolle por su desespero de regresar a casa, cerró los ojos, tenía ganas de llorar por su lamentable vida, si fuese humano estaría con las lágrimas cayendo por sus pálidas mejillas pero como era un simple gato, no tenía más que maullar, pedir auxilio en su idioma.

Jimin regresaba tranquilo a su departamento sin prisas por llegar, muy dentro de él se sentía culpable por haber echado a la fuerza al humano-felino, por lo que no quería llegar a su hogar. No debería pensar eso, ¡Era algo totalmente anormal sentir lastima!, tenía un extraño sentimiento y no sabia el porque pensaba de esa forma si sólo llegó para destruir una relación que tanto esfuerzo le costó, aparte de ser un extraño que venía de otro mundo con su apariencia poco usual.

Jimin se detuvo en seco al no saber si cogió la libreta de apuntes que le había prestado su compañera de clases Iseul. A lo lejos visualizó un callejón, fuera de esa calle transitada de gente que corría de prisa debido a la lluvia. Caminó dirección a ella y revisó rápidamente su maletín de cuero dándose cuenta que si lo tenía, estaba a punto de irse pero un maullido cansado le llamó su atención.

-Miau...

Jimin volteó desde su lugar buscando de donde provenía aquel ruido.

Ahí fue que un milagro sucedió para el felino al abrir sus azulados ojos.

Un pelinaranja con un paraguas entre las manos se encontraba agachado viéndole y tapándole con aquel improvisado techo.

Lo veía con ojos dulces y preocupados. Trató de acariciarle pero su típico comportamiento no le dejó.

-Bien, se que me odias pero no te quiero dejar aquí ¿Vale?, deja de ser arisco y confía en mí.

Una vez más Jimin lo intentó pero tuvo la misma reacción por parte del felino, sus orejas estaban hacia atrás y su cola se movía de un lado a otro molesto.

-Una oportunidad más, si me haces lo mismo me voy y te dejo aquí en la lluvia, total, no es que me importe mucho dejarte.

Intentó lo mismo y esta vez si lo logró. El felino estaba demasiado infeliz como para rechazar esa oportunidad.

El cuerpo del minino se encontraba entre las manos de Jimin. El felino sintió la temperatura caliente de estas por lo que se acurrucó dejando caer su cuerpo ronroneando.

Jimin no quería llevarlo a su departamento, tenía miedo a que se trasforme a su forma humana y lo descubran, tenía miedo de tener a un ser extraño habitando en el mismo techo, hablar con él y mirarse a los ojos.

Pero tampoco podía tenerlo ahí mojándose, por lo que en su costado del gran suéter negro, lo escondió. El felino se removió incomodo queriendo huir de la oscuridad, el pelinaranja al notarlo le acarició su cabecita tranquilizando al minino.

A paso rápido corrió al edificio y se metió sin problemas.

Jimin suspiró descansando del ajetreo que acababa de pasar y miró al felino acostado en el mueble hecho ovillo durmiendo y temblando de frío. Cuando llegaron el felino saltó sin dejarse secar por el pelinaranja acabando por el temblor de este.

Su remordimiento de haberle sacado le hizo sentir mal, el pelinaranja pensó que después de todo, tal ves el minino tenía toda una vida que contar.

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¡Helou!
Hoy capítulo nuevo, me quedo de la fregada pero alv :v es lo único que se me ocurrió y bueh... Dejé fluir mi imaginación xD

Gracias por su apoyo a esta mrda de fic :'v ♥♥

En fin~ cjau :3

By: Abby

Arisco | Jikook | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora