(NUEVO) Capítulo 12.- Caí

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Pov Jimin

Era exhausto para mí tener que asistir a clases luego de las vacaciones y encontrarme con Lisa en todos los pasillos de la escuela rodeada de sus amigos hombres. Uno que otro la tocaba de la cintura, otro con su dedo índice enrollaba su dedo en el cabello rubio de ella y otros dos reían de lo que Lisa contaba. Era obvio que todos querían cogerla.

Y yo... Yo sólo reía a lo lejos admirando tal escena que hacían, simplemente si alguien me pregunta si sentía celos o algún sentimiento por ella, yo sonreiría y diría que no siento nada, quizá fuera un poco de pena ajena pero sólo eso.

Mi particular sexto sentido me indicaba que hablaban a mis espaldas, varias chicas las cuales rechacé en su momento hablaban en susurros detrás mío dejandome con la grandiosa duda existencial del porque chismoseaban.

Tal vez sea el recuerdo o la carga de conciencia que tenía, era imprescindible en mi día a día que esta escena no pase por mi mente. Aquel día, cuando me ofrecí a llevar al ser a comprar ropa para que usara, un par de cosas había cambiado para ambos...

Había visto su reacción al subirse al auto, me había dicho que nunca se subió a alguno, su expresión y grandes ojos influían en mí de tal manera que quería hacerlo feliz cueste lo que cueste, esa sonrisa de conejo siendo él un gato era en demasía hermosa para mí.

Para que mentir, poco a poco y sé de sobra que no son sus intenciones, pero sentía que me atrapaba sin que yo me diera cuenta. Existía una linea imaginaria que él ya había sobrepasado conmigo, más que la amistad, un lazo que yo no quería deshacer con tal de que él se quedase siempre a mi lado.

Ahora ya no quería estar con Lisa, su presencia ya se me hacía un tanto molesta. Gracias a los mimos del híbrido que tenía diario desde que ella me rompió el corazón, aún sin merecerlo, él y solamente él me brindo un abrazo consolador. Aquellas veces que lloraba en silencio, él lo escuchaba, me brindaba palabras de apoyo y me decía que no estaría sólo, no mientras él se encuentre a mi lado.

Prácticamente en todas las vacaciones me la pasé en dos etapas, la primera fue la tristeza, Lisa hizo crecer en mí un odio indescifrable por las relaciones amorosas, sentía envidia y rencor por aquellos que encontraban una pareja. La segunda fase fue donde él actuó, donde curó mi corazón.

Yo ya no sentía aquella barrera de alejamiento por su parte, al contrario, sentía que quería permanecer conmigo desinteresadamente.

Y sí, me enamoré de él, loca e irremediablemente.

Por ello, quería demostrar mi cariño y afecto con él, quería complacerlo en algún sentido pero en sí no tengo ni la más remota idea.

Las clases iban bien, los maestros me adoraban y siempre sacaba buenas notas, no tenía súper poderes pero me esforzaba en superarme.

Entre tanto pensamiento y perdida de tiempo en las horas de clase, tuve el tiempo de pensar en regalarle comida a mi acompañante. Sabía que era un amante de los dulces y que mejor que regalarle algo con chocolate, porque vamos, ¿Quién odiaba los chocolates?

El clima era normal, ni tan frío ni tan cálido, tenía la opción de abrigarme o salir con una simple ramera.

Llegué por fin a la tienda más cercana que pude encontrar, aquí en la ciudad se podía encontrar más tiendas de maquillaje que de comida, esa es la razón del porque muchas turistas femeninas vienen y se enamoran.

Busqué con la mirada todo el recorrido de la tienda, los pasillos y estantes de comida, todo se veía fascinante y sabroso. Hasta que mis pupilas de dilataron, había encontrado al amor de mi vida en una caja de galletas con chispas de chocolate.

Arisco | Jikook | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora