Jungkook

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Durante el relato de Hobi, Jungkook había estado escuchando con los ojos muy abiertos, notando como sus recuerdos comenzaban a llegar, invitados por las palabras de aquél hombre.

Ahora, con su mente dando vueltas ligeramente a causa de tanta información que había llegado de repente, se había sujetado la cabeza y había comenzado a llorar. Un segundo después, Hobi se había subido a la cama y lo había abrazado.

Al sentir aquél calor, el cuerpo de Jungkook pareció reconocerlo y mecánicamente sus brazos rodearon el torso del mayor, mientras ocultaba su rostro contra su pecho de forma natural.

Hobi lo estrechó fuertemente y acarició su espalda. El llanto continuaba.

-Eres un llorón, kookie –dijo Hobi con una sonrisita triste. Inclinó su rostro, posándole un tierno beso-. Nunca vas a cambiar.

-Hobi... -sollozó apretándose más contra su cuerpo.

Se odiaba por no haber sido capaz de reconocer a su mejor amigo, a pesar de que había estado viviendo justo al lado de él. Quizás se debía a que no había tenido mucho contacto, y sus charlas habían sido bastante triviales.

Sin embargo, la confusión en su cabeza iba en aumento, ya que Hobi sólo le había hecho recobrar algunos recuerdos, pero eso había desencadenado que otros cientos más volvieran de golpe, uno detrás de otro.

23 de Septiembre 2004

Corea del Sur, Seoul

- ¡Jungkook, apúrate con un demonio!

- ¡Cierra la boca, ya voy!

Hoseok soltó un gruñido al mismo tiempo que lo hacía su estómago, y dejó su frente recostarse en la mesa en el lugar donde ya debería estar su plato con comida. Llevaba casi una hora ahí sentado, y el alimento simplemente no llegaba.

Finalmente, Jungkook apareció en el diminuto comedor, arremangado hasta los codos y llevando dos platos de carne picada y cocida con trozos de papas y zanahorias ahumadas. Le sirvió su plato a Hobi, dirigiéndole una mirada de despecho, que el otro no captó porque ya tomaba sus cubiertos con precipitación. Probó un poco mientras Jungkook tomaba asiento a su lado con gesto digno, y soltó una exclamación de deleite.

- ¡Moría de hambre!

-Eres tan bestia –se quejó Jungkook con el ceño fruncido, mientras tomaba su propio tenedor-. No soy tu estúpido criado...

-Las palabrotas en la mesa, Kook –le recordó su amigo, burlándose a propósito de aquella regla impuesta por él. Jungkook lo miró con odio y Hobi rió, pinchándole una mejilla con el dedo-. No te enfades, lo siento. Gracias por la comida, no sé qué haría sin ti.

-Acabarte en un día el dinero que te deja para la semana el tío Joonie, en comida rápida –aseguró Jungkook.

-Lo sé. Gracias, en serio.

Jungkook sonrió, recibiendo el beso que su amigo le diera antes de reasumir su tarea de devorar su plato. El mismo Jungkook se sentía orgulloso de que el platillo hubiera resultado, aunque hubiera sido su primer intento. Trataba de hacer variadas sus comidas, entreteniéndose gran parte del día buscando recetas en la computadora portátil de su tío y preparándolas.

Hobi, obviamente, se sentía bendecido porque uno de los dos supiera usar la cocina sin volarlos en pedazos, y dependía de su fiel compañero para poder comer, ya que NamJoon se iba en la mañana y volvía pasadas las nueve para encerrarse en su habitación.

A temprana edad, Hoseok y Jungkook se habían habituado a comprar su comida y otras necesidades básicas, así como a mudarse frecuentemente de ciudad por el 'trabajo' de su tutor, cuya identidad desconocían.

Seducción Homicida **Jinkook**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora