Mi cerebro se había estropeado por unos segundos. No podía terminar de entender aquello. Unas cuántas imágenes aparecían como simples fotografías en mi mente, como si ése hecho no fuera real.
Después de que la imagen de la cocaína y la de la decepción de Jungkook aparecieran juntas, fue como si un par de engranes finalmente encajaran y al fin recuperara el total funcionamiento de mi sistema.
Al instante, me puse de pie, horrorizado con la simple idea de que Jungkook acababa de irse, que lo había hecho solo y algo podría ocurrirle.
- ¡Jungkook!
Salí corriendo del apartamento y presioné el botón del ascensor con ansiedad. Pasaron sólo un par de segundos que no pude esperar y salí disparado escaleras abajo. Cuando iba por el quinto piso, saltándome unos cuántos escalones y resbalando en más de una ocasión, mi celular comenzó a sonar.
- ¿¡Qué!? –grité al momento de contestar.
- ¿Ji-Jin?
- ¿Qué ocurre, Yoongi? –pregunté bastante más preocupado por mi persecución que por la llamada.
Acababa de llegar al primer piso. Ahí, observé que mi amigo el portero estaba con cara de confusión, asomándose a la calle como si acabara de ver pasar por ahí una bala. Sin detenerme a preguntar, salí del edificio y miré alrededor, esperando hallar una pista de por dónde se había ido Jungkook.
-Conseguí el permiso y ya he hablado con Ken –dijo Yoongi, ignorando la desesperación en la que me hallaba-. Lo veré hoy e irá a la Notaría Pública a pedir que le dejen ver el testamento del padre de Jungkook.
Justo cuando dijo su nombre, logré divisar una cabellera de tonalidad familiar, entre los árboles de un parque que se hallaba en diagonal a mi apartamento, casi en la esquina de la calle.
-Genial, hablamos luego, Yoongi.
Colgué y eché a correr de nuevo. Cuando me acerqué al parque, disminuí el paso y decidí recuperar mi respiración con un andar lento que aproveché para acercarme con cierta cautela.
Me coloqué frente a un grueso árbol de bellotas que no me dejaba ver a Jungkook, que, al parecer, estaba justo del otro lado y recargando su espalda contra el tronco.
-Jungkook... –jadeé aliviado.
Al instante, el chasquido de ramas me hizo saber que se ponía en movimiento. Rodeé el árbol y lo tomé del codo con firmeza. Él trató de soltarse de un tirón, pero al no lograrlo, simplemente continuó dándome la espalda.
-Jungkook, no me has dejado explicarte nada –dije al instante con cierta ansiedad-. Ni siquiera me diste tiempo para...
- ¿Qué tengo que saber? –cortó con rudeza-. Te has estado drogando.
-Yo sé que es ilegal, pero...
- ¿Ilegal? –logró soltarse de mi mano y se giró para encararme con un rostro lleno de indignada incredulidad-. Jin, ¿tú crees que estoy enfadado contigo porque hacías algo indebido?
Yo no dije nada, pero con mi silencio, él entendió que algo similar me había planteado. Abrió la boca como si fuera a soltar un improperio de disgusto, pero la volvió a cerrar y clavó una mirada furiosa a la mano que cerraba con fuerza, en la que seguramente aún tenía la bolsita con cocaína.
-No soporto que tengas ése nivel de autoestima –soltó de repente y mirándome de nuevo-. ¡SeokJin, aún no entiendes que la gente no está contigo por deber u obligación! ¡Si estamos contigo es porque nos importas! ¡Porque me importas! –exclamó golpeando su pecho en un dolido ademán hacia su persona-. ¡A mí me molesta un comino que ésta droga sea ilegal, lo que me molesta que hallas recurrido a algo tan dañino para tu salud, en vez de pedir ayuda!
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Seducción Homicida **Jinkook**
Fiksi PenggemarUna noche como todas en la Morgue. Kim SeokJin solo tiene que encargarse de un cadáver más... lo trajo la policía, nadie lo ha identificado aún. Corre el cierre de la bolsa y examina el cuerpo. Sin embargo...está respirando. Jin lo reanima horroriza...