No Les Tengo Miedo - Fan Fic creepypasta

¿Tú piensas?

— Genial.

Mike me entregó unas hojas de papel llenas de cosas escritas. Lean sólo miraba la escena algo aburrido.

— ¿Ésta es la información?

— Sí.

Comencé a leerla. Me estaba esperando lo peor de lo peor. Cosas totalmente bizarras que harían que los chicos y yo quedáramos hecho puré gracias a Slenderman.

Pero no era nada tan terrible.

Megan tenía conocimiento de todo lo que había estado pasando el último tiempo. Aunque no con lujo de detalle. Sabía cosas "por encima de los hechos" que podrían perfectamente ser enumeradas.

No obstante, el que no tuviera los detalles nos significaba que Slenderman no pudiera entenderlo.

Así que de todos modos la gravedad del problema era la misma.

— Perfecto, entonces esto es lo que tengo que mostrarle a los chicos ¿verdad, Mike?

— Así es.

El plan ya había iniciado.

Narra Toby.

De vuelta en la creepyhouse, Masky Hoddie y yo caminábamos con recelo por mi habitación.

Y con tropezones por parte de Masky y Hoddie. Es que todas mis cosas estaban esparcidas por el suelo.

— ¿Ya se les ocurrió alguna cosa? — preguntó Hoddie. Masky y yo negamos.

Se suponía que teníamos que pensar en un plan para ganarnos la confianza de Megan y luego llevarla ante el niño rubio para que la asesinara. Ella no tenía súper poderes así que no tenía como intuirlo, pero para ello debíamos ser hábiles.

Sin embargo, yo estaba ocupando mi mente en otras cosas.

El encuentro con ________ no había sido raro, aunque yo esperaba que lo fuera. Masky, Hoddie y yo reunidos con ella. Igual que antes.

Por increíble que sonara, yo extrañaba el tiempo en el que estábamos los cuatro en la cabaña y nos hacíamos todo tipo de bromas, desconociendo nuestros sentimientos y sin sentir ningún tipo de envidia por las atenciones que recibíamos.

"Agh, eso es tan patético"

Tan palpable era la diferencia que, después de ése día, no volví a molestar a Masky como me era costumbre.

Y no sé si eso me hizo enojar o me puso triste, pero la sensación no me gustaba.

— Hey Masky — murmuré. No me prestó atención y eso me causó gracia — ¿Masky? ¡Hey Masky, Hey Masky, Hey Masky!

— ¡¿Pero qué es lo que quieres?! Puedes decírmelo sin necesidad de que yo te demuestre que te estoy escuchando.

— Sí es necesario — repuse.

— ¿Y por qué?

— Ay, Masky. Es obvio que es porque se siente ignorado. Déjalo en paz — dijo Hoddie. Solté una carcajada y Masky emitió un gruñido.

— Se supone que estamos concentrándonos en otras cosas.

— Olvidas que yo no me puedo concentrar — me reí —. Estoy casi seguro de lo que yo tengo es déficit atencional.