Esta historia empieza en una fiesta. Una fiesta grande, ruidosa, con olor a sudor y cerveza seca, muy cliché. Y empieza con un chico menudo, culón, ojiazul y chillón. Me llamó a la atención porque me estaba mirando y sólo pude pensar en él despertándose con mi camiseta puesta.
Me encantó desde que puse mis ojos en sus curvas, su pelo aplastado en su frente, sus labios finos y ese bronceado tan apetecible. Era todo un muñequito.
Se veía algo aburrido. Había un chico a su lado, que estaba flirteando con él pero al parecer no funcionaba, no se veía interesado en lo más mínimo en la verborrea que soltaba ese rubio.
Daba largos sorbos a su copa y seguía el ritmo de la música golpeando la barra con sus pequeños dedos. Actuaba como si el hombre en frente de él no estuviera hablándole.
En una ocasión, chocamos miradas y me dio una pequeña sonrisa tímida, a lo que yo respondí con una sonrisa también, la mía por supuesto, fue sugestiva como la de cualquier chico de diecinueve años hambriento de un acostón. Me guiñó un ojo y se lamió los labios rápidamente. Y se acomodó la ropa, se sentó más recto en la banqueta.
Zayn, mi mejor amigo, a mi lado, me hablaba de algo sobre su novia pero no lo estaba escuchando, y no me sentía mal por ello. Zayn era tan pesado con su chica.
Mis ojos y toda mi atención estaban centrados en aquel pequeño cuerpo sentado en ese banco, en sus piernas gruesas que no tocaban el apoyapiés, que se quedaban flotando.
El hombre a su lado después de unos minutos captó que no estaba interesado y se marchó, no sin antes pasarle un muy bien enrollado papel que fue mirado con asco por el ojiazul y tirado al suelo.
No perdí mi tiempo. Me acerqué. Me gustaba mucho. Desde su pelo alaciado cayendo por su frente hasta aquellos zapatos que dejaban a la vista el tatuaje de un triángulo en sus tobillos.
No se dio cuenta de cuando me acerqué, pues estaba buscando con la mirada a un camarero. Su copa estaba vacía.
El camarero venía por mi lado y aproveché. Le dije que le pusiera al hermoso chico al lado mío cualquier bebida que quisiese. Fue entonces cuando se giró, me miró y me sonrió. Pidió ron con hielo y una rodaja de limón. Yo por mi parte pedí otro mojito de fresa.
-Hola.-Le dije.
-Hola.-Me respondió. Su voz era aguda y suave.
-¿Cómo te llamas, precioso?
-Soy Louis.
-Harry Styles, encantado de conocerte.
El camarero nos trajo nuestras bebidas, yo le pasé un billete y le dije que se quedara con el cambio.
-Curioso apellido, Harry.-Le dio un sorbo a su bebida.
Entablamos una conversación interesante, conociéndonos y pronto nos dimos cuenta de que teníamos amigos en común. Uno de ellos era Zayn.Me contó que tenía veintidós, que vivía en el centro de Londres aunque era de Doncaster y que conocía a Zayn de un club al que solían ir frecuentemente.
Empezamos a insinuarnos el uno al otro. Estaba siendo muy coqueto conmigo, guiñándome el ojo, ensalivando sus labios mientras miraba los míos...
Si no estaba comprometido a nada yo podría convertirme en su vicio.Le propuse bailar. Nos acabamos las bebidas de un sorbo y fuimos a la pista.
Sonaba una canción pop genérica. Él estiró sus brazos hasta rodear mi cuello y yo me encorvé, agarrando su cintura y dejando su cabeza cerca de mi oído.

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Made In The Am (L.S) (En edición)
Fanfiction>La pequeña gran historia tras el éxito del álbum de debut de Harry Styles< Algunas veces, cuando te enamoras y sientes que todo está tan bien, que todo tiene sentido, que debes luchar por ello y darte a tu persona amada, olvidas hasta tus ma...