Made In The Am (L.S) (En edición)

Olivia

Había pasado un mes desde que me sinceré con Louis cuando empecé a sentir cosas más fuertes por él. Ese sentimiento inicial no se comparaba con aquello que vibraba en mi pecho amenazando con rasgarlo. Era salvaje, incontrolable y sobretodo muy fuerte. Una estampida de elefantes llevando a cuestas ballenas azules.

Mentiría cual si no dijera que sentirme así me asustaba. Sentía que pasaba todo demasiado rápido. Pero al parecer mi corazón no era seguidor de la cronología que llevábamos los humanos. Iba a su propio ritmo, chillando "carpe diem" a cada latido. Y era aterrador.

Me daba la sensación de que sólo se entendía a sí mismo, pues yo no lo entendía.

¿Por qué entregarse tan rápidamente? ¿Por qué darse a algo tan descontrolado? ¿Por qué no esperar? La cosa es que nunca obtendría respuesta, pues solo oía y sentía el mismo latido sin parar. O quizá si que me respondía cada vez que veía a Louis y se aceleraba. Quizá esa era su respuesta.

Entenderme a mí mismo era complicado en aquellos momentos, porque era como un tren a toda velocidad a punto de pasar una curva. Sabía que en algún momento descarrilaría, pero me daba igual. Yo sólo quería querer a Louis, y hacerlo de la mejor manera posible. Él por su parte seguía siendo tan juguetón y gracioso como siempre y además de eso también había despertado su parte romántica. No era mucho, pero se podía notar. Algunas veces me decía que me quería y con palabras, no sólo con gestos. En vez de darme un abrazo y luego besar mi mejilla con esa sonrisilla tonta, me abrazaba y me decía que me quería.

Algunas veces hacía cosas por mí, y cuando le preguntaba por ello solía poner alguna excusa que no implicara que lo había hecho porque me quería. Y su lenguaje corporal me chillaba todo lo contrario. Así que sólo sonreía y me callaba. Le entendía, entendía que tuviera miedo de demostrarme demasiado por si todo se nos torcía. Y yo por un momento estuve haciendo lo mismo hasta que implemente me harté y me dejé llevar. Pensé que lo que sentía era demasiado bonito como para limitarlo, y cuando dejé de reprimir todo eso que llevaba dentro me sentí libre.

La mayor parte del tiempo siempre estábamos juntos, al punto que Zayn llegó a decirnos que le dábamos asco. No es que fuéramos extremadamente dulces el uno con el otro, o que siempre estuvieramos en contacto físico. Simplemente que era notable que disfrutábamos la compañía.

Me acuerdo perfectamente de esa vez que quedé con Zayn para pasar la tarde juntos y Louis llegó de trabajar.

-Pensé que era una tarde para ti y para mí, Harry. Y..¿qué diablos? ¿Le has hecho copia de las llaves de tu casa? Dais asco.-Nos dijo por enésima vez.

Pero él era un hipócrita, porque era aún peor con Gigi en los tiempos en los que ellos dos estaban bien.

Para esos días experimentaron una especie de sucesión de peleas y se habían dado un tiempo.
Por eso la presencia de Zayn en mi casa.

-Cierra la boca, idiota. Mi presencia es un honor para ti.-Le respondió Louis, tirándose al sofá de golpe y casi cayendo encima de Zayn.

Le quitó el bowl de M&M's que descansaba sobre sus muslos y empezó a comer de ellos.

-Hola Lou.-Lo saludé yo, mirándolo embelesado. ¿Y cómo no antontarse, mirando a semejante belleza?

-Hola, Hazz. ¿Qué habéis estado haciendo?

-Sólo hemos estado hablando de Gigi.

-Oh, la maldita rubia. Cuéntenme.-Gigi nunca había sido santa de su devoción.

-Es Zayn quien la ha cagado esta vez. Tiene una situación algo extraña en su cabeza.-Le expliqué. Recibiendo un codazo directo a las costillas del mencionado.