Capitulo 30:

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Odiaba el cuarto que había ambientado para ser su estudio con todo el corazón pues cuando salía el sol era imposible seguir durmiendo en caso de que se quedara dormido ya que la luz inundaba cada rincón del lugar.

Sintió un terrible pesar cuando despertó a causa de la luz insistente que inundaba el lugar y sin más abrió los ojos sin muchas ganas. Su cerebro empezó a trabajar a mil por hora y la angustia en él creció pues recordó que no había avanzado nada de su trabajo y la fecha de entrega estaba demasiado próxima.

Intentó moverse pero se dio cuenta de que había algo que se lo impedía. Buscó con la mirada topándose con Louis que se encontraba recargado en su hombro profundamente dormido. No pudo evitar sonreír mientras sentía esa revolución en el estomago que sentía en sus tiempos de escuela al verlo. Lo seguía amando tanto como el primer día, de eso no tenía la menor duda.

Miró el reloj con dificultad y se dio cuenta de que era hora de levantarse, no habían trabajado nada.

-          Lou – le llamó con dulzura.

El de ojos azules se removió sin ganas y se pegó más a él, esta vez abrazándolo con fuerza logrando que el corazón de Harry empezara a latir de una forma increíble.

-          Vamos Lou – insistió.

-          No quiero – susurró logrando que su tibio aliento chocara con el cuello del rizado.

-          ¡Dios! – soltó desesperado – me estás metiendo en problemas de esta forma Louis.

No necesitó decir mucho más para que por fin el chico de ojos azules se despertara de golpe y se alejara de él rápidamente.

Louis se maldijo mentalmente por haberse quedado dormido precisamente en el momento cuando miraba a Harry, era un completo idiota. Lo peor de todo era aquella maña que se le había formado de abrazar a la persona con la que dormía.

Harry rió animado al notar que el de ojos azules estaba sentado nervioso y con las mejillas completamente sonrojadas por la forma en la que habían despertado, lo conocía tan bien que sabía que se estaba recriminando mentalmente por haberlo abrazado de aquella forma esa mañana. Pero lo que Louis ignoraba por completo era que ese día era el primero después de tantos años en el que Harry se sentía realmente con ganas de despertar pues tenía motivos para hacerlo.

-          ¿Quieres un poco de café? – preguntó Harry levantándose de donde se encontraba por fin – no hicimos nada, creo que sólo nos quedamos dormidos.

-          Ehhh… - Louis se rascó la cabeza nerviosamente – en realidad te vi demasiado cansado y te dejé dormir. Yo leí tus escritos y empecé a escribir intentando imitarte. Avancé nueve capítulos.

El rizado se encontraba con la cafetera en una mano y una taza en la otra sirviéndose cuando escuchó esas palabras y levantó la mirada de golpe. Estaba completamente sorprendido ya que no era normal que alguien que no se dedicaba a escribir pudiera avanzar tanto en un día, pero Lou loo había hecho… por él.

-          Lou… - no sabía que decir.

-          Si no te gusta lo que hice simplemente lo puedes borrar – se apresuró a decir pensando en que tal vez el rizado se había enojado por tocar su obra – sé que no debí de tocar tus cosas, pero de verdad necesitabas dormir un poco y yo…

-          Está bien – dijo con una ligera sonrisa para relajar al de ojos azules – sólo tengo que leerlo.

El de ojos verdes dejó lo que tenía en las manos sobre la mensa más cercana y se dirigió al ordenador para sentare frente a él.

A primera vista - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora