El 15 de Angie

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Hoy estaba feliz, iba a ir al 15 de una amiga mía, Angie. Es muy buena persona y muy sincera. Es fuerte, aunque últimamente estaba un poco decaída.
Hoy celebraba su 15, aunque a ella no le gustaba celebrarlo ya que le parecía una cursilada.
Me empecé a preparar, me puse un vestido amarillo con flores. Después comencé a maquillarme. Me puse los tacones y mi madre nos llevó a Nick, Mery, Oihane y a mí. En cuanto llegamos salimos del coche y mi madre nos dijo:
-A las 3 a.m os recojo, ¡pasaroslo bien!
-Adiós mamá.
Nos adentramos en el local que alquilaron para la fiesta. Entramos y me quede observando todos los detalles que habían puesto como decorativo, la tarta, la música, la vajilla... era todo precioso. La verdad que estaba emocionada.
Me acerqué a la cumpleañera y la felicite:
-¡Felicidades! Espero que lo pases bien, parece que cundirá la fiesta.
-Gracias, aunque ya sabes que estas chorradas no me gustan. Prefiero una tarde con todos y celebrarlo informalmente, ya me entiendes.- nos reímos. Asentí y coloqué mi bolso en una silla. Cenamos muy a gusto, había de todo tipo de comida. Ensalada, empanadas, pollo...
Estábamos hablando del futuro, y comencé a pensar en el mío. ¿Cómo iba a ser mi futuro? No tenía muy claro que estudiar, pero me gustaba ayudar a la gente y me pareció bonito la idea de estudiar medicina, para ayudar a futuras generaciones. Crear curas a nuevas enfermedades, y de más. Hablando y hablando llegó la hora de comer la tarta. Parecía muy rica la verdad, era una tarta de chocolate cubierto con una capa de una especie de masa colorida y dulce. Probé la tarta y me desagradó un poco. El bizcocho de dentro estaba emborrachado, y a mi eso de rociar los bizcochos con whisky no me gusta nada. Es como si alguien prepara una tarta y yo hecho un chorro de agua. Lo odio. Aunque para no decepcionar a la madre de Angie comi un poco.
Recordé que hoy venía Mia. Me deprimí un poco, ya que todos la iban a ver y yo no.
La noche se pasó rápido y llegó la hora de irse.
-Amaia, ¿podré ir a fiestas de tu pueblo?
-Supongo. Le aviso ahora a mi madre.
Marque el número de ni madre.
-Mamá, hola. ¿Puede venir Oihane al pueblo? Vale, si. Si. Claro. Vale, gracias. Te quiero.
-¿Que dice?
-¡Dice que si! Ay que bien, menos mal que vienes que sino me aburriría mucho.
Al llegar mi madre nos despedimos de todos y fuimos directas al pueblo. Al llegar, saludamos a mi abuela y subimos a la casa a cambiarnos. Más tarde bajamos y comenzamos a beber ginkas, kalimotxo, vodka negro... de todo. Nos pusimos a bailar hasta que sin darnos cuenta salimos a la calle y ya amaneció.
-Ostia, tenemos que irnos ya. Van a bajar mis padres y nos van a ver.
-Joder, vamos.
Nos empezamos a reír mientras que bajábamos una cuesta que llegaba hasta la casa de mi abuela. Y si, todavía estábamos borrachas. Eran las 7:30 de la mañana. Yo por lo menos estaba realmente cansada. Cundió muchísimo la noche. Primero el 15, y después las fiestas del pueblo. Nos quedamos dormidas hasta las 12 del mediodía.

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