Es solo un detalle II

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Hoy era el día en el que le tenía que regalar a mi mejor amigo el peluche y la carta. Un día que seguramente no lo olvidaré jamás. Me preparé con unos shorts negros y una camiseta naranja fosforito a juego con mi pinta labios. Cuando termine de prepararme, fui a desayunar y lavarme los dientes. Realmente no sabía si le iba a gustar o no, pero al menos me quede con la sensación de haber hecho lo que he podido.
Salí de casa y me dirigí a su portal. En el camino pensé y pensé en lo que podía pasar, en si le gustaría o no... una vez en su portal suspiré y llame al timbre.
–¿Si?
–Baja.
–¿Quien eres? Me has despertado.
–¿Quien voy a ser?- empecé a reírme. El también se empezó a reír.
–Ahora bajo.
Tal vez me puse más nerviosa de lo que debería, no se porque. Sentía que no sería lo suficiente. Por fin apareció bajando las escaleras del portal, como siempre.
–Hola- me abrazó
–Hola, aquí tienes tu regalo, espero que te guste.
Me miró con cara de seguro que me gusta.
Sacó de la bolsa el peluche y se quedó mirándolo.
–¿Te gusta?
–Amaia, enserio. Te has pasado. Es demasiado. Te quiero.
Me abrazó.
–También tengo un texto que he escrito, lo tengo en el movil así que te lo voy a leer.
–Vale.
Comencé a leerlo. Me entraron muchas ganas de reírme, y me estaba poniendo nerviosa hasta que por fin acabé.
–No se que decir... Me encanta. No sé cómo agradecértelo de verdad, eres una buena amiga.
–Tu también lo has sido, por eso te lo compenso así.
–Jo, pero no hacía falta.
–Sabes que si, además ya sabes que me gusta hacerte regalitos.
Al final tenía que irme y me despedí. Quede contenta con el resultado, pareció gustarle mucho. Y me alegro. Esos meses sirvieron para sacarle una sonrisa de 2 minutos, pero al menos pude hacerle sonreír.

Simplemente mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora