El principio de una nueva etapa

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Estaba en la cama durmiendo cuando de repente empezó a sonar el teléfono. Nadie lo cogía, entonces tuve que levantarme de mi cama. Suspiré y contesté sin ganas:
–¿Quien es?
–¡Amaia!
Cambie de cara de un momento para otro, era Mia.
–¡Mia! ¿Que tal?
– Bien la verdad, te quería preguntar si querías subir a San Fermines. Estarán Alice, y un grupo de amigos que conozco. ¿Te apetece?
–¡Claro! ¿A qué hora quedamos?
–Dentro de una hora, comeremos por la calle y pasaremos todo el día ahí.
–Vale, ¿quedamos donde siempre?
–Si, nos vemos.
–Adiós.
Colgué. Llamé a mi madre para avisar de que no iba a estar por casa, y me puse a prepararme. Me vestí de blanco y rojo, ya que era tradición. Me maquillé y fui al lugar donde siempre estábamos Mia y yo.
–¡Hola!
–¡Mia!
Nos abrazamos. Empezamos a hablar de todo lo que íbamos a hacer ese día. Nos montamos en el bus y subimos a la ciudad. Más tarde, nos reunimos Alice, Mia, Oihane, una chica que se llamaba Irati, Anna y aquel grupo de amigos que tenía Mia.
–Hola, soy Jaime. ¿Y tú eres...?
–Amaia. Encantada.
Le di dos besos. No estaba acostumbrada pero bueno, tampoco iba a quedar como la rara antisocial que no saluda con besos.
–Estos son Oier, Madd, Saioa, Iker, Rosa, Valeria y Ainhoa. Chicos, está es Amaia.
–Encantada.
Les sonreí y me dirigí a ellos para darles un par de besos, otra vez.
Pasó el tiempo rápido, empezamos a beber y nos emborrachamos. Realmente ese grupo de chicos y chicas me empezaron a caer bien. Lo que no sabía era que ahí cambiaría todo para siempre. Y por eso, seguramente empezó una nueva etapa en mi vida.

Simplemente mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora