Simplemente mi vida

Transtornos

Insuficiente, insuficiente, insuficiente. Siempre me lo repetía. Tal vez no me lo merecía, pero yo siempre me destruía a mi misma. Pasaba el tiempo machacandome. Menos cuando estaba bien. Tenía cambios de humor muy bruscos, pasaba de estar eufórica a destruida. Nunca lo supe, mis psicólogas tampoco lo sabían. Y para colmo, tenía que llevar la culpa de que abusaran de mí. Todo por mi culpa. Por mi culpa, por mi culpa y por mi culpa. Fue mi culpa beber tomando pastillas. "No denuncies, estabas borracha". "Quien sabe, igual tú querías". "Pobre chico, estaba drogado y borracho. No merece esto". "Pasó hace tiempo". "Es tu culpa tener miedo de relacionarte con otras personas". Al final me lavaron el cerebro. No denuncié. Solo sabía que fue mi culpa, por ir borracha. Con el tiempo todos se alejaron. El nuevo curso empezó, mis impulsos cada vez crecían más, junto a la dosis de mis pastillas. "No dependas de las pastillas, es una droga". "Ya se te pasará, es cosa de la adolescencia". Tal vez lo era, o tal vez no. Pero yo no estaba bien. Cada vez me obsesionaba más con suicidarme. Sentía la adrenalina cuando estaba en la ventana. Siempre pensaba como podría suicidarme. Todos se olvidarían de mí, y yo por fin descansaría en paz. Mi vida era como un camino con muchos túneles oscuros y largos, y cada vez tenía menos fuerzas para salir y seguir con mi vida. El miedo a engordar empezó, el dejar de comer, el contar las calorías, todo. Nadie lo notaba. Y realmente necesitaba ayuda, pero nadie quiso acercarse. Lo único que tenía claro, es que tenía transtornos que  dificultaban mi día a día, haciendo que fuese una mierda. Los colores perdieron su gracia, todo era gris. La monotonía era la reina de mi vida. Despertarse y saber que tenía que superar otro día de mierda. Otra vez.