𝟬𝟮𝟱 the adventure awaits

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CUARTO ACTO • CAPÍTULO VEINTICINCO:LA AVENTURA ESPERA

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CUARTO ACTO • CAPÍTULO VEINTICINCO:
LA AVENTURA ESPERA.

                    — ¿Sabes, Logan? Me gustaría que nos visitaran sin la necesidad de que alguno de ustedes corra riesgo de muerte—, la voz de Henry McCoy resonó por la habitación

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                    — ¿Sabes, Logan? Me gustaría que nos visitaran sin la necesidad de que alguno de ustedes corra riesgo de muerte—, la voz de Henry McCoy resonó por la habitación. En otro caso, Logan hubiera reído ligeramente, dándole alguna inteligente respuesta al hombre peludo, pero él no podía quitar su mirada del cuerpo de Vanessa, que había permanecido inmóvil desde su llegada.

      — ¿Ha sucedido eso antes?—, preguntó Yukio, su voz tornándose preocupada frente a la idea de que aquello era alguna especie de costumbre para ambos mutantes.

      —No—, intervino Ororo, negando ligeramente mientras observaba a Logan —. Ella estará bien, sólo sigue sedada—, le confirmó y el inmortal le miró un momento, soltando un suspiro.

      — ¿Lograron extraer todo?—, volvió a hablar Yukio, encontrándose demasiado nerviosa como para guardar silencio.

      —Si no fuera así, no estaríamos tan tranquilos—, se encogió de hombros Henry —. Debería de despertar en unos minutos. Debo admitir que no fue un trabajo limpio, si no fuera por su regeneración, es posible que siguiera tratando con ella. Provocó mucho daño en el lóbulo parietal y occipital. Eso explica el porqué de sus mareos y dolores de cabeza. El lóbulo parietal se encarga mayormente de coordinar el equilibrio, entre otras cosas, y el occipital de la visión. Literalmente, contagió y fundió ambas partes, pero de alguna forma realmente poderosa logró regenerarlos. Aunque, no estoy seguro que haya logrado rehacerlo de forma perfecta, por lo que puede presentar algunos problemas.

      La fuerte tos provocó que todos se levantaran y se acercaran a la camilla, donde Vanessa tocía con fuerzas a pesar de mantener sus ojos cerrados. Todos guardaban silencio, no habiendo mucho que hacer realmente antes que el silencio emanara en la habitación como algo horrible.

      Y, entonces, Vanessa abrió los ojos.

                    —Realmente te tomas a pecho lo de ser nuestra guardaespaldas, ¿no es así?—, rió Vanessa mientras caminaba entre Yukio y Logan

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                    —Realmente te tomas a pecho lo de ser nuestra guardaespaldas, ¿no es así?—, rió Vanessa mientras caminaba entre Yukio y Logan. Su mano izquierda se encontraba entrelazada con la del inmortal mientras que con la otra libre tiraba de su maleta.

      —Me tomo mi trabajo en serio—, siguió la broma Yukio, riendo ligeramente mientras observaba con una sonrisa a su, ahora, saludable amiga.

      —Realmente me gustaría que no lo hicieras—, opinó Logan, recibiendo de inmediato la atención de ambas chicas. Yukio mirándole ofendida mientras que Vanessa fruncía el ceño, confundida ya que creía que su amiga le caía bien a su novio.

      Logan miró un momento a las dos chicas antes de agacharse levemente y posar sus labios contra los de Vanessa. La velocista no pudo evitar soltar una sonrisa mientras le correspondía la acción, soltando la valija y llevando su mano a la nuca de él para profundizar el beso. Las manos de Logan viajaron a su cintura, acercándola a él a medida que el beso subía de nivel.

      — ¡Ugh!—, se quejó Yukio con una mueca —. ¡Qué asco! ¡Consíganse una habitación!—, insistió, provocando que la pareja se separara el uno del otro.

      —Y, por eso, es que te despido como mi guardaespaldas—, señaló Logan, provocando que Vanessa riera aún entre sus brazos y golpeara sin fuerza su pecho.

      —Bueno, definitivamente sigue siendo mi guardaespaldas, por lo que vendrá con nosotros.

      —Es bueno ver que aún hay personas que saben tomar buenas decisiones—, guiñó un ojo Yukio a su amiga antes de robarle la maleta y adelantarse —. Les guardaré los asientos.

      — ¿Ves que es buena? Nos está dando nuestro tiempo—, intentó razonar Vanessa, mirando a su novio con un pequeño puchero en los labios.

      —Es la primera vez desde que despertaste—, respondió Logan, rodando los ojos aunque la sonrisa no se borraba de su rostro. Nada le brindaría más regocijo que ver a Vanessa saludable y feliz y, saber que una de esas características dependía de que se encontrará con él, provocaba que su corazón diera un vuelco de alegría.

      — ¡Es mi guardaespaldas, Logan! ¡Debe asegurarse que me encuentre completamente bien!—, siguió bromeando Vanessa, mientras que Logan bajaba su mirada a sus labios extendidos en una sonrisa.

      — ¿Yo no soy suficiente para asegurarse de ello?

      —Bueno—, murmuró Vanessa, dando una pausa y pensándolo un rato, provocando que Logan soltara una queja —. ¡Lo siento! Está bien, está bien. Pero, ella vendrá con nosotros. Sabes que no tiene un lugar donde quedarse.

      —No me opongo a eso. Pero necesito un tiempo a solas contigo—, insistió el inmortal, acercándose a su oído y mordiendo el lóbulo de su oreja. Vanessa se relamió los labios, sintiendo que aquel era su punto débil y empujándole ligeramente, no queriendo del todo que dejara de hacerlo.

      —Tienes razón. Por eso conseguí habitaciones separadas—, la recordó Vanessa antes de comenzar a avanzar. Logan le miró un momento, sin avanzar y la chica volvió a girarse —. ¿Vienes o no? ¡La aventura nos espera!

      Logan se acercó a ella y la chica volvió a girarse, aunque fue demasiado rápido y no pudo evitar perder el equilibrio. El inmortal reaccionó a tiempo, tomándola por la espalda y los antebrazos antes que ella tocara el suelo.

      La castaña se separó del hombre una vez que recobró el equilibrio, sintiéndose impotente con su ahora permanente estado mientras volvía a comenzar a caminar, esta vez con más cuidado. Logan acercó su mano a la suya, rozándola ligeramente y fue Vanessa quien las unió, entrelazando sus dedos.

      El daño que Ophelia causó en su cerebro fue irreparable. Su gen mutante logró reconstruirlo para recuperar su salud básica, pero no funcionó perfectamente, ya que solía sufrir de mareos y se veía imposibilitada de correr a grandes velocidades por la pérdida de la visión de profundidad.

      Sin duda, aquello le dolía profundamente a la velocista. Pero ella aseguraba que, mientras que Logan permaneciera a su lado, ella encontraría la felicidad. El hombre era el único capaz de sacarle una sonrisa cada vez que se sentía deprimida, él sabía cuando ella necesitaba de su compañía y cuando no.

      Después de todo, ambos eran inmortales. El par de mutantes eran los únicos que lograrían entenderse por completo, complementándose el uno al otro de una manera extraña pero perfecta.

 El par de mutantes eran los únicos que lograrían entenderse por completo, complementándose el uno al otro de una manera extraña pero perfecta

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