CAPÍTULØ 5

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Narra Tobit:

-¡Ya! ¡Entren! ¡¿Qué esperan?! -gritó uno de ellos-.

Hice caso y me acerqué hacia ellos, pero el resto del grupo se quedó parado.

-¿Vas a confiar en ellos? -dijo Yahir algo enfadado y confundido-.

-¿Así nada más? -preguntó Renato-.

-Ustedes confiaron en mí, ¿no? Ahora es mi turno -respondí-.

Al decir esto todos entraron.

-Así que... ¿quiénes son? -preguntó el Sr. Secretario-.

-Me llamo Nathan -dijo el extraño-.

-Y yo soy Matthew -dijo su amigo-.

-Que gringuitos nos salieron... -susurró Luis aún molesto-.

-¿Qué? -preguntó Matthew-.

-Nada... -dijo Luis algo asustado-.

-¿Cómo entraron a este lugar? -preguntó Mario-.

-Por la puerta, nadie la cerró -respondió Nathan-.

-¿Cómo te llamas tú? -preguntó Matthew a Kristel algo embobado-.

-Kristel... -respondió con una sonrisa leve-.

Narra Ximena:

-¿Y los demás? -cuestionó Nathan mirando al resto-.

-Mario-.

-Me dicen Reno-.

-¿Reno? -dijo Nathan-.

-Un sobre-nombre -respondió-.

-A mí me llaman el "Sr. Secretario"-.

-Tonalli-.

-Yahir-.

-Renato-.

-Luisito papi rey -seguían viéndonos como si fuéramos bichos raros-.

-Tobit-.

-¿Y tú? -preguntó Nathan a mí-.

-Ximena -respondí- ¿Cómo despejaron el lugar ustedes solos? -pregunté mirando a el alrededor-.

-No lo hicimos -Dijo Nathan-.

-¿Entonces? -preguntó Tonalli-.

-Éramos 3 -dijo Matthew- Uno no sobrevivió, lo rodearon, lo despedazaron -dijo con lágrimas en los ojos- se suponía que mientras Nathan y yo los distraíamos él tomaría las cosas de la armería, cafetería y enfermería, pero encontraron otra entrada a la habitación, cuando nos dimos cuenta de que era demasiado tarde, decidimos encerrarlos ahí -terminó dejando caer una lágrima-.

-Significa que aún hay que despejar la zona-dijo Mario-.

Narra Reno:

 -...cuando nos dimos cuenta de que era demasiado tarde, decidimos encerrarlos ahí -terminó dejando caer una lágrima, ¡JA! ¡Gaaay!

Los chicos parecían confiables, Matthew tenía cabello castaño, era alto 1.74, ojos café claro, piel clara, cabello corto pero despeinado, parecía de 20 años, llevaba unos jeans negros, vans negros, camisa blanca y por encima una sudadera negra sin abrochar.

Nathan era alto, medía lo mismo que Isbak 1.92, sus ojos eran café claro, su piel era clara, su cabello era corto, ondulado y marrón oscuro. Vestía unos jeans negros, una camiseta de cuadros roja y unos zapatos urbanos.

-Necesitamos empezar a despejar el lugar, antes de que anochezca -sugerí-.

-Llévenos a la armería, empecemos ahí -dijo Mario-.

-Síganos -dijo Nathan mientras avanzaba-.

-Aquí es -dijo Matthew-.

-¿Están todos listos? -preguntó Ximena con su mano en le perilla de la puerta-.

Todos afirmaron.

Narra Kristel:

-¡Vamos! -gritó Isbak mientras pateaba la puerta-.

Al entrar todas esas criaturas empezaron a acercarse y nosotros igual. Éran más de 20, yo maté 2 con la katana al igual que Tobit con su espada, Ximena asesino a 4 de ellos con su ballesta, Reno con Pancha decapitó 3 y con sus TMP otros 2, Luis atravesó a 2 con el machete, Isbak mató 3 con un machete, Yahir 1 con una daga, Tonalli 2 con una varilla, pero a Mario lo empezaron a acorralar contra la pared, su martillo se desgastaba, pero alcanzó a ver un arco de mirilla de punto rojo y logró tomarlo para acabar con 5 de ellos, mientras que Matthew mató 3 con una tabla de madera y Nathan con una daga mató a los que lo rodeaban.

Narra Nathan:

Empezamos a tomar todo lo que pudimos, pistolas, escopetas, metralletas y sobre todo municiones, todas las que había.

-Oye... -me susurró Matthew- ¿qué opinas de ellos?-.

-Parecen confiables -le respondí en voz baja- me quedaré de guardia esta noche, si te parece por la mañana nos vamos, tomamos sólo lo que conseguimos y los dejaremos en paz-.

Él asintió con la cabeza y se alejó.

-Bueno vayamos al comedor -dijo Renato- no hemos comido desde que despertamos y ya es tarde-.

-Por aquí -dijo Matthew-.

El comedor no fue problema, había solo 5 y el tal Mario mató 3 con el arco que había encontrado y Ximena a los otros 2 con una daga.

Narra Matthew:

Empezamos a comer, Kristel racionó la comida y la repartió, después se sentó a mi lado.

-¿Cómo se llamaba su amigo? -me preguntó-.

-Tyler -dije- me gusta tu katana, parece que eres muy buena usándola-.

Ella se sonrojó -gracias, pero tú si sabes usar bien una tabla de madera -me dijo-.

Ambos reímos, parecía una buena chica y era bonita, pero aún podía tomar un arma y dispararnos a sangre fría, para luego huir con todas las armas, teníamos que irnos antes de que eso pasara.

OBAMACALIPSYSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora