CAPÍTULØ 13

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Narra Luis:

Me sentía indignado, traicionado, mis propios amigos me habían echado. Sí, yo amenacé con irme, pero creí que me detendrían. Tal vez sí siento algo por Roxana, no sé, aveces me hace sentir dinosaurios en el estómago, otras veces no. De todas maneras es un ser humano como nosotros, ¿por qué pudieron confiar en Matthew y la putita de Nathan, pero no en ella? ¿por que era del grupo de Toño?

-¿A dónde vamos exactamente? -me preguntó Roxana-.

-No lo sé -respondí- sólo vayamos lejos de aquí-.

-Yo no quiero ir lejos, -dijo frenando el paso- al menos no contigo-.

Eso me rompió el corazón, y me puso furioso. ¿No quiere ir conmigo? ¿después de que la defendí? ¿después de que le dí protección?.

-¿Qué? -pregunté- ¿por qué?-.

-Es sólo que no me agradas mucho -respondió-.

-¿Que no te agrado mucho? -mencioné algo furioso- ¿después de todo?-.

-Solo toma tu rumbo y yo tomaré el mío, con suerte no nos volveremos a ver -sugirió tranquila-.

Tenía una furia enorme, pero me limité a volver sobre mis pasos. Simplemente quise volver a la zapatería, ir con mis "amigos" y volver al grupo. Poco a poco me fui alejando, dejando a Roxana atrás. Llegué a la zapatería y entré, me dirigí hacia donde normalmente dormíamos, pero no encontré nada, ni a nadie. La comida, ni las latas vacías. Ya me iba cuando encontré un par de notas. Una era de Nathan, al parecer se fue, que suerte. Pero la otra era de mis amigos.

-

Luis, sabemos que volviste, en un momento u otro ibas a volver, idiota. Decidimos irnos de ahí, pasaron muchas cosas malas y no queríamos despertar en la mañana y recordar tantas tragedias. Continuamos la calle, no sabemos a donde nos dirigimos, solo queremos decirte que si algún día nos encontramos, y has dejado de ser tan Luis, tal vez podremos perdonarte.

-Ximena, Reno, Isbak, Renato, Tonalli, Mario, Yahir, Kristel y Tobit

Narra Tobit:

Le dejamos una nota a Luis por si volvía, cosa que sabíamos que pasaría. Seguimos la calle para ver si encontrábamos algún lugar seguro. Últimamente nos habían lastimado más los humanos que los Obamas. A todos nos asustaba que alguien más muriera, nuestra familia empezaba a desintegrarse poco a poco, el mundo se va a la mierda y nos arrastra con él. Como el mar con la arena.

No encontrábamos nada seguro, los lugares habían sido saqueados y empezaba a anochecer.

-¿Qué haremos si no encontramos donde pasar la noche? -cuestionó Renato-.

-Tal vez podamos dormir en la camioneta -sugirió Isbak-.

-Es muy pequeña no cabemos todos -excusó Reno-.

-Mi reloj marca las 7:56 -dijo Mario-.

-Miren -dijo Yahir- ahí hay un local-.

-Es una tienda de elotes -renegó Isbak-.

-¿Y prefieres pasar la noche afuera? -preguntó Yahir sarcásticamente-.

-Entremos y ya -interrumpió Kristel- con suerte podremos cenar elotes-.

-Sí -dijo Reno- elotes, que llevan ahí mucho tiempo. -dijo acercándose a Ximena- Infestados -.

-¿In... Infestados? -dijo esta-.

-Sí, -afirmó Reno- con gusanos, de diferentes colores y tamaños. Mmm... -finalizó-.

-¡Ah! -Ximena emitió un grito agudo y empezó a manotear y a golpear a Reno-.

-Basta de perder tiempo. Entremos -dijo Renato-.

Nos dirigimos hacía esa tienda, notamos que las puertas tenían grafitis y sangre. 

-Esto da mal rollo -dijo Isbak-.

-Ya no importa, sujeten bien sus armas, no se separen. Entremos -dijo Yahir, el se adelantó y empujo la puerta de una patada-.

Golpeamos varias veces la campanilla que se encontraba en el marco de la puerta, se acercaron 2 Obamas, terminamos con ellos de una. Mario apuntó con su linterna hacia el fondo de la tienda.

-¿Creen que haya luz? -cuestionó Renato-.

-En medio de un apocalipsys no lo creo -dije-.

-Muy bien, probablemente no lo averiguaremos si no entramos ya -dijo Ximena-.

Cada uno inspeccionó la tienda con la poca luz que había. Detrás de la parte del mostrador había un generador.

-Mario, Tonalli, ayúdenme -dije- Tenemos que encenderlo, de alguna forma, ustedes saben de esto -.

Narra Isbak:

Dejamos que ellos lo encendieran, mientras nosotros esperábamos encendiendo la lámpara de aceite que robamos de las cosas de Nathan y Matthew. Cuando logramos encenderla empezamos a inspeccionar más a fondo el lugar, había unos cuantos elotes aún en buen estado, comenzamos a quitarles las hojas, como era de esperarse uno de ellos tenía un gusano.

-Mira Ximena un gusano... -dijo Renato tomando al insecto y acercándolo a Ximena- ¿no lo quieres ver de cerca?-.

Después de eso Renato aventó el gusano hacia Ximena, y claro ella corrió y gritó mientras se sacudía. Al correr Ximena encontró una puerta, la abrió para tratar de "protegerse" del gusano, pero no puso un pie en la habitación al ver a un grupo de Obamas salir de esta, empezaban a meterse entre los pasillos, jamás en mi puta vida vi que una tienda de elotes fuera tan grande. Al verlo nos paramos y tomamos nuestras armas, una vez más hay que arriesgar la vida por unos minutos de paz. 

OBAMACALIPSYSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora