2

655 56 5
                                    

Cada vez que cerraba los ojos veía esa imagen, la cual era como una daga en mi corazón. No pude dormir en toda la noche, mi mente no me dejaba y mi corazón tampoco, toda la noche tuve mensajes y llamadas de Juan Luis, y en la mañana empezaron los mensajes de Santiago, Andrea y Alex. No quería responderle a nadie, solo quiero estar sola. Estaba sentada en el suelo y el sol estaba dando su luz por las calles, entrando en la habitación, siento como tocan la puerta y me sobresalto, me levanto y me acerco para abrir. Veo a un joven uniformado con un pequeño carrito.

—buenos días señorita—saluda sonriendo—le traje su desayuno.

—amm....claro, pasa—dije desanimada.

Entra junto con su pequeña mesa con ruedas y me deja el desayuno en la mesa.

—¿desea algo mas?—pregunta cortésmente.

—no, gracias—dije en voz baja.

El joven con una pequeña sonrisa se retira dejándome sola, suspiro cansada, camino hacia la mesa tomando algo de comer  mientras camino hacia la ventana viendo la cuidad. Escucho un llanto y me doy vuelta de inmediato acercándome a mi pequeño abrazándolo.

—ya mi amor—le digo acariciando su espalda-no deberías estar aquí conmigo—digo mirándolo—no en este estado.

Después de que se calmo le doy de comer, para luego dejándolo en la cama con sus juguetes, tomo mi teléfono y este al instante muestra una llamada de Juan Luis, corto y al instante aparece Andrea, suspiro cansada y contesto.

—¡puedes decirme donde diablos estas, te he estado llamando desde hace horas!—grita andrea desde el otro lado.

—Andrea, cálmate—digo lo mas tranquila posible—estoy bien, no te preocupes.

—Juan Luis le dijo a Alex que te habías ido—dice aun alterada.

—te dijo ¿por que?—pregunte inquieta.

—no solo contó eso—habla más calmada—¿por que te desapareces así?

—no es nada...—respondo conteniendo las lágrimas—solo discutimos y creí que era mejor irme antes de que acabara peor—digo apretando mis labios.

—¿seguro estas bien?—pregunta desconfiada.

—siestoy bien, tranquila—esto costaba más de lo que creí—de hecho en un rato mas iría a casa de mi padre.

—esta bien, le diré a Juan Luis—dice calmada.

—¡no!—digo alterada—por favor no le digas a nadie, necesito estar sola un momento.

—¿estas segura?—pregunta—¿y si llama que le digo?

—no le digas nada—contestó aguantando las ganas de llorar—yo lo llamaré, lo prometo.

—esta bien..—dice rendida—cualquier cosa, por favor llámame.

—lo haré—contesto suspirando—adiós.

—te quiero amiga—dice para luego colgar.

Doy un gran suspiro mientras una que otra lágrima caían por mis mejillas, me acerco a mi bolso y busco que ponerme, tomo a Nicolás para poder vestirlo, tomo su bolso y salgo de la habitación hasta la calle para así tomar  un taxi y me dirijo a la casa de mi padre.

Al llegar me quedo parada aun algo insegura, ayer vine al cumpleaños de Nicolás, ¿que les diré?. Me acerco y toco el timbre, al instante me abre mi tía gissel.

—cariño, ¿que haces aquí?-m—pregunta mirándome confundida.

—necesito que me hagas un favor muy grande.

Broken HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora