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Los almuerzos con José eran más frecuentes, al igual que cada vez nos volvíamos más unidos, tanto que hasta a Alex le daría envidia. Estábamos casi terminado de preparar el almuerzo, José me acompañaba en la cocina mientras que Santiago jugaba con Nicolás en la sala.

—¿ya le dijiste?—pregunta José cerca de mi.

—no, aún no—digo nerviosa—la verdad se me hace complicado.

—dile que fue el espíritu santo—dice burlándose.

—eres un idiota—lo golpee mientras reíamos.

Mientras cortaba la ensalada José me metía galletas a la boca y nos reiamos por como me veía, de la nada aparece Santiago con un rostro serio.

—¿que sucede?—pregunto confundida.

—¿¡por que no me dijiste que estabas embarazada?!

Su pregunta me dejo sin el habla, mire por un segundo a José y estaba igual o peor que yo.

—¿¡no piensas darme una explicación!?—se veía molesto y aunque era lo que menos quería era la reacción que iba a tener tarde o temprano.

—santiago...y... yo—mis palabras no podían circular nada!—tengo diez semanas...

—¿y cuando me lo ibas a decir?—pregunta frunciendo el ceño.

—he tratado de buscar las palabras para decírtelo...

—¿¡es de Juan Luis!?—creo que decir eso le molestaba y la respuesta, lo molestaría aún mas...

Mis ojos se cristalizaron y José se acerca a mi a abrazarme con delicadeza.

—Santiago...—dice José dudoso—es...es mi hijo.

Lo veo sorprendida y niego levemente mientras veía a José.

—José no empeores las cosas—le digo asustada.

—pero no fue su culpa, fue una noche en la cual yo...Yo tuve la culpa...

—eso es mentira—digo más calmada—es de Juan Luis.

—¿cuando?—pregunta serio—¿cuando fue?

—cuando Juan Luis supuestamente había ido a buscar en la mañana...—digo con la mirada baja—en realidad había llegó esa misma noche y...Se quedó...

No dice nada al respecto y sale de la cocina son seriedad, camino siguiéndolo y veo como toma su chaqueta.

—santiago, escúchame pode...

—no! Aylen—dice molesto—tu escucha lo que dijiste y lo que hiciste...—me mira con decepcionó—tengo que pensar...

Sin nada más que decir sale dando un pequeño portazo, mis ojos se cristalizan y trato de respirar profundo para no llorar.

—tranquila—dice José abrazándome—solo necesita estar solo por un momento...

—¿por que dijiste eso...?—pregunto con mi cabeza recostada en su pecho—¿que ganabas con eso?

—solo pensé que que no se lo tomaría tan mal...

—espera...—me detengo a pensar un momento—¿como se enteró?

Se queda pensando un segundo y me mira confuso.

—quizás nos escucho—da una idea.

—no claro que no—digo obvia—fuimos precavidos.

Camino hasta la habitación y tomo mi teléfono, busco en internet y encuentro una nueva noticia la cual salía mi nombre, abro la carpeta de la noticia. "¿La pequeña diseñadora embarazada?"

Broken HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora