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Casi no pude dormir la noche anterior con lo que sucedió con juan Luis y los mensajes de Diego me tenían alterada, no tenía sentido el estaba preso, «¿como podía estar enviándome mensajes?». Juan Luis me tenía vuelta loca, al dia siguiente actuó como si nada y eso me hizo dudar de lo que me había dicho.

—señorita Aylen es hora de irnos—dice Gabriel sacándome de mis pensamientos.

Hoy nos iríamos a puerto Vallarta donde me juntaría con José para contratar a mis modelos, lamentablemente tendría que ir junto con juan Luis y su noviecita. Al llegar al aeropuerto Gabriel sube mi equipaje listo para irnos, ya que soy la última en subir tomo el último asiento junto con Gabriel quien desde ahora era mi guardaespaldas personal, creo que José ve mi trabajo muy en serio.

Manuela se sienta en frente de nosotros y me pasa a Nicolás quien me miraba con esos ojos hermosos.

—¿estas lista?—pregunta juan Luis pasando por mi lado.

—si—dije seria sin mirarlo a los ojos.

No dice mas y se va a sentar al lado de belinda quien le da la mano y deposita un beso en sus labios, no soy una mujer que ocupe mucho el lenguaje vulgar pero ella, es una completa zorra. Siento como el jet que va completamente lleno empieza a tomar vuelo de apoco.

Estábamos a medio camino y todos dormían excepto manuela quien escuchaba música y leía un libro concentrada mente.

—Gabi puedes cuidar a Nicolás un momento, voy al baño—dije pasándose lo.

El se queda jugando con el mientras yo desabrocho mi cinturón, camino hasta el baño donde me encierro, me miro al espejo, me sentía cansada, destrozada en todos los sentidos, abro la llave y me mojo un poco el rostro, siento como alguien toca la puerta y me sobresalto.

—enseguida salgo—dije respirando profundo.

Me acomodo la ropa y saco el seguro para salir, la puerta se abre de inmediato y veo como juan Luis se adentra cerrando con seguro.

—¿que carajos estas haciendo?—pregunte sorprendida.

—solo vine a saludarte ya que ni siquiera te dignas te a hablarme—dice muy cerca de mi.

—lo siento no quería hacer esperar a tu noviecita—dije molesta.

—? acaso estas celosa?—dice acercándose aun mas a mi con una sonrisa pícara.

—¿¡celosa de ella!?—pregunte ingenua—¡por favor!—dije riéndome—lo único que tiene de bueno eres tu—dije con una falsa sonrisa.

—vez que aun me deseas—dice a pegando su cuerpo al mío.

—¡juan Luis ya basta!—dije algo inquieta—acaso quieres que nos descubran.

—así es mas fuerte la tentación—dice riendo.

Sin avisar hune sus labios con los míos en un beso, lo empujo al instante dándole una cachetada, el me mira sorprendido y yo ya no puedo evitarlo, ya probé sus labios.

—al diablo—susurre acercándome a sus labios.

Me besa con intensidad y me toma en brazos apretándome a su cuerpo, su lengua entra en mi boca y juega con la mía, aprieta mi cintura y un leve gemido sale de mis labios y el sonrie victorioso al ver como mi cuerpo reacciona a sus caricias, poco a poco siento como algo crecía en sus pantalones y me apegaba a su cuerpo para que lo sintiera, solté un gemido y el jadea ante eso, causando que me excitara por completo.

—sabes perfectamente que aun sientes algo por mi—susurra en mis labios.

—y aunque sea así—dije recuperando el aliento—no creas que te perdonaré tan fácil.

Broken HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora